Durante más de 20 años esta red dedicada a robar, esclaviza y torturar gente sin que nadie lo notara
01.06.2019
Una de las confirmaciones más recientes de la investigación comandada por la fiscal general Patricia Ochoa, indica que el Templo Filadelfia estaba blanqueado, al menos en los papeles: fue inscrito en el Registro de Culto de la Nación bajo el número CI 1181. Lo que nadie se puede explicar hasta el momento es cómo pudo funcionar durante más de 20 años esta red dedicada a robar, esclavizar, humillar y torturar gente sin que nadie lo notara. ¿Complicidad policial? ¿Protección política? Es lo que ahora mismo se investiga.
Por lo visto, a la "Tía" le gustaba la vida campestre. El complejo cuenta con 2.150 hectáreas en las que hay espacios para hacer equitación, jugar al golf y al polo. En este lugar adquirió la chacra número 16 que tiene una superficie de 3 hectáreas. La propiedad tiene un valor estimado de USD 500.000. Vecinos del lugar aseguraron que generalmente va cada 15 días, acompañada de mucha gente.
Más allá del lujo, uno de los asuntos dentro del templo que más preocupaban a la jefa suprema era el manejo del dinero y, en particular, la recaudación del día en la venta callejera de pan. Tanto es así que periódicamente le consultaba a las personas que estaban por debajo de ella cuánto se había ganado en la jornada. La totalidad de lo que juntaban los fieles iba a parar a las arcas del Templo, mejor dicho, a los bolsillos de la "Tía Eva".
Una de las 45 víctimas que fueron rescatadas en los allanamientos y que fue uno de los primeros en ser captados por la banda, contó cómo fue el ascenso de Eva a la cima de la pirámide de mando. "Yo ingresé a la organización casi desde sus comienzos. Eva era pastora. Quien estaba a cargo era una mujer llamada Luz que ya falleció. Durante la 'Fiesta del Señor' que se hace cada enero, Eva nos dijo a todos que había recibido un mensaje del Señor mismo y que debía casarse con uno de los fieles. Así que lo hizo. Luego cuando la antigua líder murió, ella se transformó en jefa".
Otra de las actividades preferidas de los que mandaban en la organización eran las torturas en caso de que las víctimas se negaran a realizar las tareas que les encomendaban o tuvieran la valentía de alzarse contra los jefes. Dentro del catálogo de humillaciones y maltratos estaban los insultos delante de todos, golpes, aislamiento en campos lejanos sin posibilidad de comer, como El Descanso, un terreno que el grupo tenía en Miramar donde separaba y maltrataba a sus seguidores rebeldes para volver a colocarlos en línea.
Fuente: CONSENSO PATAGONICO