La carambola de Ferrari dejó a Hamilton mucho más cerca del título mundial
18.09.2017
En Singapur, el inglés le sacó 28 puntos de ventaja en el campeonato a Vettel, que quedó eliminado junto con su compañero Raikkonen en la primera vuelta; el panorama, a su favor
SINGAPUR.- Era una carrera para limitar daños, pero el británico Lewis Hamilton consiguió un triunfo clave para el campeonato de la Fórmula 1 al ganar el Gran Premio de Singapur, después de aprovechar el accidente que motivó los abandonos de Sebastian Vettel , Kimi Raikkonen y Max Verstappen en la primera vuelta.
Hamilton, que partía en la quinta posición con su Mercedes, vio cómo las Ferrari de Vettel y Raikkonen y el Red Bull de Verstappen se tocaban en la primera curva y le abrieron la puerta a una victoria inesperada si se tienen en cuenta todas las dificultades que había tenido el británico durante el fin de semana.
"Qué revolución la de hoy", dijo Hamilton por radio al cruzar la meta. "Son unos puntos increíbles", remarcó después el británico que, gracias a su triunfo y el abandono de Vettel, tomó 28 puntos de ventaja sobre el alemán en el campeonato.
Nunca antes en todo el campeonato hubo una diferencia tan grande entre el primero y el segundo en el torneo; quedan seis Grandes Premios por disputarse y la mayoría de los trazados favorece la concepción aerodinámica de los Mercedes. El triunfo de Hamilton pudo haber sido decisivo en la lucha por conquistar su cuarto título mundial.
"Fuí muy afortunado con lo de Ferrari al principio y después pude capitalizar el incidente. Fue muy desafortunado para Ferrari, pero bueno para nosotros", reconoció el inglés.
Para Hamilton fue su victoria número 60 desde que comenzó a correr en Fórmula 1 en 2007, y por primera vez afirmó en público que piensa en el record de victorias absoluto que Michael Schumacher fijó en 91 en 2006. El inglés batió recientemente la marca de pole-positions que poseía el alemán.
"No tengo deseos de perseguir el record de Michael de siete títulos mundiales pero su record de triunfos podría ser algo que pueda pelear", reconoció el piloto de Mercedes.
"Así es el deporte", reconoció después Toto Wolff, el director deportivo de Mercedes. "A la mañana hablábamos de una limitación de daños, pero luego el accidente, ahora nos vamos con una ventaja más grande", afirmó el austríaco.
Un increíble accidente
Antes de la primera curva, las Ferrari de Vettel y Raikkonen y el Red Bull de Verstappen se tocaron en plena recta principal del circuito Marina Bay, cubierto de agua en el inicio de la competencia. Como consecuencia del incidente, el español Fernando Alonso también se vio involucrado y, si bien pudo continuar en carrera unas vueltas más, luego terminó abandonando por las roturas en su auto.
Al momento de partir, Verstappen reaccionó unas milésimas más tarde y Raikkonen intentó superarlo por el lado interno de la pista. Y al mismo tiempo, Vettel cerró su línea por el otro costado. De esa forma, el Red Bull se quedó sin espacio, encerrado por ambas Ferrari, y el impacto entre los tres vehículos resultó inevitable.
Tras el golpe, Raikkonen y Verstappen, que en la maniobra chocó además a Alonso, quedaron con sus automóviles dañados en la primera curva, mientras que Vettel siguió unas curvas más, pero terminó también fuera de pista por las roturas de su coche, cuando el equipo le ordenó por radio que lo detuviera.
"No estoy seguro de lo que pasó. Salí bien, me moví a la izquierda para cerrar un poco a Max y luego sentí un toque", dijo Vettel, que aseguró que se fue de pista en la tercera curva por los daños que tenía el auto.
"Me sorprendió que Kimi viniera por ese lado", admitió Vettel más tarde. "Vi solo a un piloto, es mala suerte porque ahora quedamos fuera. Es molesto, pero ya no hay mucho por hacer. No es el fin del mundo", añadió el alemán.
Verstappen, en tanto, culpó firmemente a Vettel por el accidente: "Tal vez no vio a Kimi por la izquierda, pero eso no es una excusa. No se deben correr esos riesgos, Lewis está liderando la carrera y los tres estamos fuera", dijo molesto el holandés.
Sin culpables
La FIA decidió no tomar acciones tras lo sucedido ni penalizar a alguno de los tres pilotos, ya que ninguno fue "total o predominantemente culpable por el incidente", según el comunicado.
Alonso también se lamentó por lo ocurrido. "Era el día, el podio era posible", se resignó el español. "El auto partió muy bien, como un cohete, y podríamos haber quedado segundos en la primera vuelta, pero estábamos en el lugar equivocado en el momento equivocado", indicó el dos veces campeón del mundo.
Habría sido el primer podio para McLaren desde que inició su ya abortada relación con Honda, el proveedor japonés que en 2018 abastecerá a Toro Rosso, mientras la escuadra inglesa se aseguró la asistencia de Renault para darle a Alonso un coche competitivo; se espera que se anuncie a la brevedad la continuidad del piloto asturiano con la escudería de Woking.
Beneficiado por el incidente, Hamilton, ganador de las últimas tres carreras, saltó del quinto al primer lugar, escoltado por Ricciardo y se encaminó a una victoria inesperada, la séptima de la temporada, respondiendo con vueltas rápidas cada vez que el australiano intentó acercarse.
A pesar de los incidentes que continuaron en la carrera, con cambios de neumáticos porque el piso se fue secando y con nuevos accidentes que motivaron el ingreso del auto de seguridad, Hamilton dominó la carrera y se llevó un triunfo fundamental en la pelea por el campeonato, en una carrera en la que se conformaba con limitar los daños.
DPA
Fuente y Foto: LA NACION
Fuente: Consenso Patagonico