Brexit: La pesca británica naufraga en un mar de confusión y desencanto.
29.01.2021
Los pescadores británicos desataron su furia contra el gobierno de Boris Johnson, por los efectos negativos que el Brexit provoca en el sector. Demoras en las tramitaciones aduaneras generan tanto, la pérdida de capturas como las posibilidades de venta en el gran mercado europeo compuesto por 27 países. En Malvinas, los usurpadores temen sufrir similares consecuencias.
A casi cuatro semanas de la entrada en vigencia el Brexit –la salida del Reino Unido de la Unión Europea-, el sector pesquero inglés que faena en aguas de las islas británicas, comienza a sentir en carne propia los efectos negativos de la trascendente decisión, que años atrás apoyó con su voto.
Un informe de Europa Press, con periodistas a bordo de embarcaciones pesqueras del RU, refleja el desencanto de los pescadores, que comienzan a padecer los negativos efectos económicos de la medida que tanto reclamaban.
«Creo que, si supiéramos que esto iba a pasar, la gente habría votado de otra manera, los pescadores habrían mirado las cosas de otra manera» largó, sin tapujos, Simon Driver, patrón de una embarcación británica.
Y así la mayoría de sus colegas comprueba que lo que supusieron del Brexit, una oportunidad única para corregir lo que veían como errores en la política pesquera de la UE, se acerca más a un engaño de Boris Johnson.
Principalmente el problema que enfrentan es que los certificados de captura y las declaraciones de aduana son tan engorrosos y han provocado tanto retraso, que los compradores europeos rechazan sus capturas porque tardan demasiado en llegar.
El volumen de capturas este año es por demás favorable. Pero desde principios de enero las tripulaciones no dejan de perder miles de libras cada día que salen a la mar, puesto que con las demoras el pescado se les pudre antes de cruzar el canal de la Mancha.
Al encendido enfado contra el gobierno que encabeza Johnson, se suma la confusión generalizada en todo el sector. Los despidos de miembros de las tripulaciones ya comienzan a concretarse, e incluso la reconversión obligada a capturar especies menos apreciadas, pero que se puedan congelar y exportar a Asia.
El Brexit ha realmente dificultado la salida de los productos de mar de Gran Bretaña. Los países de la UE, que solían comprar mucho pescado británico, han dejado de hacerlo porque no está en buenas condiciones y demora mucho en llegar.
Los pescadores sienten que están perdiendo mercado de exportación.
No la vieron venir
Unas 12.000 personas trabajan en buques pesqueros registrados en el Reino Unido. El 80% de las ventas del sector se enviaban a países de Europa, lo que actualmente está completamente detenido.
En tanto, el Gobierno británico dice estar trabajando estrechamente con la industria pesquera y la UE, para resolver los problemas causados por la documentación extra que ahora se requiere. Y que brindará ayuda financiera a quienes se hayan visto afectados por los retrasos.
Una situación negativa similar podría suponerse para las flotas que ilegítimamente pescan en aguas australes, administradas por los usurpadores de nuestras islas Malvinas. Sin embargo la asociación con las empresas españolas podrían abrirles camino para sortear estas barreras aduaneras y arancelarias que viven hoy las pesqueras inglesas que opeeran en aguas británicas.
El Brexit que tanta esperanza generaba a los británicos, y tan temido en Malvinas, ya muestra esos primeros efectos negativos en la industria pesquera en aguas del Atlántico Norte.
Fuente: Agenda Malvinas