Ganancias: El peronismo convoca a los gobernadores al Senado y anticipan su aprobación
08.12.2016
En la Rosada arman una lista de mandatarios “traidores” y se esperanzan con que al menos sufra cambios la ley que sacó Diputados.
El peronismo convocó a los gobernadores al Senado para discutir el proyecto de Ganancias que logró imponer la oposición en Diputados y creen que tienen los votos para que se convierte en ley sin cambios.
La Comisión de Presupuesto y Hacienda, presidida por Juan Manuel Abal Medina (FpV-PJ), se reunirá el martes 13, a las 11. Allí fueron citados los gobernadores y podrían participar funcionarios. Los senadores irían a la comisión con la expectativa de firmar dictamen ese mismo día, incluso se baraja la idea de despacharlo y meterlo en la sesión del 14 de diciembre sobre tablas. Si no hay dos tercios, la votación en el recinto se retrasaría hasta la sesión del 21 de diciembre.
En la Cámara Alta el peronismo cuenta con mayoría simple propia, y la última esperanza del Gobierno radica en convencer a los gobernadores para que cambien el curso de la ley. En el fragor de la negociación opositora en Diputados, en la Rosada confiaban en torcer a algunos diputados peronistas por medio de los mandatarios provinciales. Apenas consumada la derrota, apostaron todo a voltear la ley en el Senado, en donde los gobernadores tienen influencia directa.
Por estas horas, sin embargo, en el Gobierno se resignan a que al menos la ley que llegó de Diputados sufra modificaciones en el Senado y vuelva a la Cámara baja, con el doble objetivo de retrasar la discusión y en el mejor de los casos para el oficialismo, desvirtuar el proyecto.
En el Gobierno creen que si queda en cuestión el financiamiento de la reducción de Ganancias, Mauricio Macri tendrá un argumento para vetar la ley, algo que esta noche nadie se atrevía a descartar del todo en el palacio de Balcarce 50.
Sin embargo, fuentes del bloque peronista en el Senado dijeron a LPO que la ley “sale con fritas”. La confianza en el FPV de que el proyecto salga radica en la falta de margen del titular del bloque, Miguel Pichetto, para que los senadores de su bloque no apoyen la iniciativa.
Pichetto estuvo ayer en la Rosada pero al mismo tiempo envió a un técnico de su confianza a sumarse al grupo que redactaba el dictamen consensuado, para garantizarles a los gobernadores que se respetaría lo acordado. En ese sentido, logró bajar de 48 a 44 mil millones de pesos el mínimo no imponible, un reclamo de los gobernadores para no “desfinanciar” a las provincias.
Los senadores peronistas están ante la alternativa de pagar el costo político de frenar una norma que favorece a los trabajadores o dejar que la pague el Gobierno con un veto de Macri. Parece difícil lo primero y las reacciones de la Rosada dan a entender cierta resignación.
La lista de “traidores”
La última vez que el Gobierno depositó su esperanza en los gobernadores para que influyan sobre los senadores les fue mal, cuando la tan ansiada reforma política se cayó y Adrián Pérez, impulsor de la reforma, salió a decir que los gobernadores eran “señores feudales”. La estrategia de Pérez tuvo un resultado inmediato una semana después.
El pesimismo que reina en la Rosada es tal, que ya comenzaron a armar una lista de gobernadores “traidores” que sufrirían represalias si acompañan la iniciativa opositora en el Senado.
En el Gobierno apuntan especialmente al juego de seis gobernadores. Los más cuestionados son el tucumano Juan Manzur y el chaqueño Domingo Peppo. Manzur se cansó de sacarse fotos con Macri y Rogelio Frigerio, pero ayer los diputados tucumanos votaron con el resto del peronismo. Lo mismo sucedió con los diputados chaqueños, que Peppo no maneja como sí lo hace Jorge Capitanich. Todos votaron a favor.
Por otro lado, si bien esperaban que los santacruceños votaran con el resto, en el Gobierno se cansaron de Alicia Kirchner, que recibió anticipos durante todo el año para hacerle frente a la crisis estructural de su provincia. “Ahora eso se puede acabar”, amenazan en la Rosada.
Hasta anotaron al formoseño Gildo Insfrán, que nadie podría identificar como un aliado posible. “En Formosa nadie paga Ganancias, Gildo paga los sueldos más bajos del país”, vociferaban en el Gobierno. El más enojado era el ministro de Agroindustria, el formoseño Ricardo Buryaile.
En la Rosada seguían de soslayo los casos de Córdoba y Santa Fe. Macri mandó el lunes de urgencia a Marcos Peña a mostrarse con Juan Schiaretti, que salió a defender públicamente el proyecto oficial. Pero sólo la diputada Blanca Rossi votó en contra y María Brezzo estuvo ausente. Los otros cuatro diputados de UNA, más cercanos a Juan Manuel De la Sota, apoyaron el proyecto opositor.
En Santa Fe sucedió algo similar: Lifschitz consiguió que Hermes Binner se abstuviera pero no evitó que Alicia Ciciliani y Gabriela Troiano votaran a favor del proyecto opositor.
Quienes serán los gobernadores que vayan ahora al Senado es una incertidumbre, pero si quiere evitar el costo del veto el Gobierno deberá negociar todo el fin de semana. Con Frigerio en China y Macri en Córdoba de descanso, en Cambiemos reina la incertidumbre sobre quién será el encargado.
Fuente: PoliticaOnline