Lucho Preto voló en la Hermandad

Eran muchas las expectativas como cada año que se situaban sobre una nueva edición del Gran Premio de la Hermandad, el evento más relevante que tiene el automovilismo en nuestras latitudes.

Si bien las revisiones técnicas y de seguridad se habían desarrollado de la mejor manera y sin inconvenientes, el gran punto negativo para esta 44º versión estuvo signado por la suspensión del Clasificatorio previsto para el viernes debido a las condiciones climáticas, el contexto de lucha por el operativo de seguridad en el sector chileno y las quejas de los vecinos de los barrios aledaños al trazado por los ruidos molestos.
Con esta decisión tomada por el ACRG, la carrera se centró solamente en los días sábado y domingo uniendo Rio Grande con Porvenir y viceversa.
No había dudas de que el gran candidato a quedarse con la edición era Luciano Preto, por su enorme presente en el ámbito nacional con los Maxi Rally y porque retornaba a una carrera que lo había tenido como protagonista en sus primeras participaciones al comando del Gol o el Civic.
Junto a su navegante Kirra Der Ohannesian le daban un salto de calidad a la nómina y vaya si quedó en evidencia a lo largo de la carrera.
No podemos dejar afuera a su padre Daniel, quien lideraba en la ruta tras superar a Chebel y Vojnovic en la zona de Avilés, hasta que un fuera de pista le ocasionó roturas que no le permitieron arribar en la primera etapa al sector chileno.
Los que si seguían a paso firme a pesar de largar a la cola de la grilla del segmento más veloz eran el puntarenense Luis Mladinic y el ushuaiense Luciano Preto. Estos dos establecieron un ritmo arrollador que, sumado al estado del piso -seco como pocas veces-, determinaron en nuevos récords  en un sábado muy accidentado que dejó variados golpes, afortunadamente sin lesiones para los binomios.
Ya entrados en el domingo la lucha se centraba en Preto y Mladinic, dejando en claro el “Lucho” argentino que iba por la victoria ya que conseguía pasar a liderar la general en la zona de Cameron estableciendo una ventaja no sólo en los tiempos sino también en el camino.
Pero el chileno apretó el acelerador y consiguió ponerse adelante en la ruta ingresando a territorio argentino, aunque eso no le alcanzaba para ser el ganador.
Nuevamente Preto lo superó en la zona del puente de Avilés y no hubo más que hablar, sumando que Mladinic tuvo la rotura de su planta impulsora transitando el TF1.
Así las cosas, Luciano Preto arribaba al autódromo de Rio Grande con un tiempo de 5:02:14.78 estableciendo el récord de la Hermandad, dejando atrás el ostentado por su padre en ediciones anteriores.

Los Pavlov y un debut inolvidable

En lo que respecta a las demás categorías se destacó el triunfo de la joven dupla riograndense en la categoría Inyeccion: Matías Finnochio – Alan Vicic con un andar sólido y veloz ambas jornadas, pero para los ushuaienses fue notable la aparición del Yagan Racing conformado por Ignacio Pavlov y su hermano Emilio.
Ambos llegaban con las mejores referencias luego de ganar en sus dos primeras presentaciones tanto en Tolhuin como Porvenir, pero era una incógnita si esa performance se podría ratificar en la Hermandad.
Más allá de eso los hermanos herederos de Norberto supieron mantener el rendimiento a lo largo de los extensos kilómetros que tiene la carrera, peleando mano a mano con un experimentado como Facundo Carletti por la segunda colocación del segmento más numeroso.
Al cruzar la bandera a cuadros los cronómetros posicionaron a la dupla en el podio, cumpliendo el objetivo y mostrando que esto recién empieza.
También no podemos dejar afuera la gran actuación de la Peña Pico Racing en la A, alcanzando la cuarta ubicación, muy cerca del podio.

La Challenger, en posesión de Marchisio

Siempre que se corre la Hermandad hay un ingrediente que le aporta dramatismo a cada categoría y es la existencia o no de la chance para la obtención de la Copa Challenger definitiva.
En esta oportunidad la primordial oportunidad tenía al riograndense Mariano Chebel en la G, pero su ilusión con el Volkswagen Scirocco no duró demasiado ya que en la zona comprendida entre Las Flores y Puesto del Ocho sufrió un vuelco que terminó con sus opciones por la tercera victoria en fila.
Sin embargo, hace seis años que la segunda divisional de menor cilindrada (B) conoce un solo apellido ganador y es el de Marchisio. Luego de que Gonzalo se adjudicara la Challenger de manera definitiva tras vencer en 2012, 2013 y 2014, ahora le llegó el turno al experimentado Luis, que cosechó triunfos en 2015, 2016 y 2017 para adueñarse de un trofeo restringido para pocos.

Fuente: CONSENSO PATAGONICO