Respira el Gobierno tras el nuevo pacto: se aprobará una ley de Impuesto a Ganancias con déficit
21.12.2016
La CGT y los gobernadores dieron el visto bueno a la nueva propuesta del oficialismo. También los referentes de la oposición, ya que el Estado se hará cargo del déficit para no desfinanciar a las provincias. ¿Quíen gana en términos políticos entre Macri y Massa?. La paradoja del "impostor"
Falta que el Congreso analice el proyecto que modifica el impuesto a las Ganancias, pero la sensación que transmitieron este martes el Gobierno y los gobernadores es que, después del acuerdo alcanzado, la etapa legislativa será un mero trámite.
En los hechos, el nuevo proyecto ya es ley.
La primera "media sanción" la logró con el aval de los sindicatos el pasado lunes, y la media sanción que faltaba la obtuvo con el visto bueno de los mandatarios provinciales durante la crucial reunión mantenida en Casa Rosada.
En este encuentro, los funcionarios dieron garantías en el sentido de que las provincias no tendrán que resignar más recursos que los que estaban previstos en el Presupuesto.Mientras que la población está enfrascada en los cálculos para determinar hasta qué punto el nuevo texto se traducirá en una mejora real de bolsillo o si se licuará con los próximos aumentos, en el plano político ya se sacan las primeras conclusiones sobre el debate más caliente del año.Por lo pronto, la sensación que predomina en el Ejecutivo es la de alivio. Es que con la propuesta consensuada, Mauricio Macri recuperó la centralidad de la escena.
No se trata apenas de una cuestión de imagen. La oposición había avanzado al punto no sólo de imponerle un proyecto de difícil financiamiento sino que, además, había incurrido en la creación de nuevos impuestos, un ámbito en el que ningún Gobierno quiere ceder la primacía.
En términos fiscales, el costo de la iniciativa terminó siendo relativamente pequeño: unos $8.000 millones más respecto del primero texto oficial, lo cual parece un precio barato en comparación con el costo que tenía el cambio impulsado por Sergio Massa, aquel que había logrado luz verde en Diputados.
El macrismo, tras el "cachetazo" que recibió por aquella media sanción del proyecto impulsado por la oposición (que logró juntar al Frente Renovador, al Frente para la Victoria y al Bloque Justicialista), trató de frenar una norma que hubiese hecho tambalear las finanzas nacionales y provinciales.
Una carta de Massa llamando a la "unidad nacional", en la que aceptaba los cambios y convalidaba la queja de los mandatarios provinciales, puso en alerta al Gobierno.
Más aún, luego de que el Senado votara una moción de preferencia para aprobar el proyecto en la sesión de este miércoles, si es que el macrismo no presentaba uno superador.
En las reuniones con la CGT y los gobernadores, se encontró una alternativa para avanzar sin desfinanciar a las provincias: el Gobierno nacional se hará cargo de la diferencia del costo fiscal que ocasionará la reforma.
Las modificaciones acordadas con distintos sectores implicaron un "punto intermedio" entre las distintas propuestas.
En este sentido, el ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay, admitió que la mejora para los asalariados no será mayor porque "la frazada es corta".
Además, le puso cifras al asunto: sumados los ejercicios fiscales de 2016 y 2017, se "devolverá el equivalente a 84.000 millones de pesos".
Según la CGT, unos 400.000 contribuyentes quedarán exceptuados del gravamen tras las modificaciones.
La iniciativa que se analizará en el Senado prevé:
- Un mínimo no imponible de $37.000 para casados con dos hijos y de $27.941 para solteros
- Además, contempla modificaciones en las escalas, aguinaldos, horas extras y jubilaciones
La intención del oficialismo es que esta semana se convierta en ley luego de un trámite exprés.
Asimismo, otra categoría de trabajadores, los monotributistas, sufrirían una mayor carga tributaria dado que está previsto una suba de la cuota mensual que pagan. Esto, para que el fiscorecupere por esta vía unos $3.000 millones.
Números manejables
El propio Gobierno interpreta que el resultado de las negociaciones fue mucho mejor de lo que esperaba.
El ministro de Producción, Francisco Cabrera, consideró que el impacto fiscal que conlleva la modificación del tributo "no es significativo" y estimó que el único gravamen que se impulsa para cubrir la merma en las arcas recae sobre los juegos de azar.
"Estimamos que vamos a terminar entre $5.000 y $8.000 millones arriba de nuestro Presupuesto. Es decir, de los $27.000 millones previstos", evaluó.
En el gabinete económico sostienen que sólo por elevar el mínimo no imponible, al costo fiscal hay que adjuntarle el impacto por nuevas deducciones contempladas en la propuesta de ley.
Esto daría una cifra cercana a los $60.000 millones. Muy lejos de los $120.000 millones que hubiese significado la aprobación final del proyecto avalado en Diputados.
Con respecto a los nuevos impuestos que se crearían para afrontar el mayor impacto fiscal, el funcionario mantuvo la postura del Gobierno en el sentido de no incrementar la presión tributaria.
Cabrera dio por sentado que no se avanzaría con gravar los plazos fijos ni con la restitución de impuestos a la minería, tal como reclamaban los sectores de la oposición.
Quien dio un indicio sobre de dónde saldrán los fondos para hacer frente al nuevo déficit fue el ministro del Interior, Rogelio Frigerio: " Lo tendremos que ahorrar de otra partida", ya que "tomamos muy en serio el Presupuesto de la Nación".
Esto significa que el dinero tendrá que salir, por ejemplo, de más emisión de deuda, del recorte de algunas erogaciones o de la redistribución de recursos de libre disponibilidad.
"Decidimos con los gobernadores que la Argentina no se puede permitir la irresponsabilidad de crear nuevos tributos que puedan afectar la llegada de inversiones", agregó el funcionario encargado de las obras públicas a nivel nacional.
"Hemos reinstalado el impuesto al juego, con lo cual, junto con otras modificaciones nos acercamos mucho al costo de la propuesta", completó.
El tratamiento en el recinto será una formalidad, luego de que la oposición se mostrara conforme con el nuevo proyecto oficial.
Desde el Frente Renovador -cuyos miembros serán fundamentales para ayudar con sus votos al macrismo- destacaron que el acuerdo es "un muy buen primer paso" y celebraron "que el Gobierno haya abandonado la pelea y optado por el diálogo".
En tanto, el jefe del bloque PJ-FpV de la Cámara alta, Miguel Pichetto, se mostró abierto a la aprobación de la propuesta al considerarla "razonable", ya que permite "una salida" al conflicto desatado por los cambios en el tributo.
Por lo pronto, tras el aval de los gobernadores, comenzó a discutirse en el Senado la letra chica del nuevo esquema impositivo, en el marco de una reunión en el despacho del presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda, el peronista Juan Manuel Abal Medina.
Participaron representantes legislativos del macrismo, entre ellos el presidente provisional del Senado, Federico Pinedo, y los diputados Luciano Laspina y Nicolás Massot, presidentes de las Comisión de Presupuesto y hacienda y del bloque Pro de la Cámara de Diputados.
En esa reunión multipartidaria, a la que también asistieron Marcos Peña y Rogelio Frigerio, se ajustaron los detalles del dictamen que luego firmó la Comisión de Presupuesto.
La voz de los gobernadores
El diálogo del Gobierno con los mandatarios fue una de las claves que permitió que el proyecto de la oposición, convalidado en Diputados, no tuviera vía libre en el Senado.
Uno de los que rechazó desde un principio a la propuesta inicial planteada por Sergio Massa junto con el kirchnerismo fue el gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, al asociarla a "un desmadre fiscal".
Tras los cambios planteados, aseguró que el nuevo proyecto "noafecta los recursos provinciales. "Son $7.000 millones adicionales al primer cálculo. La mitad corresponde a las provincias, pero la Nación lo cubrirá con una decisión transitoria", especificó.
Por su parte, el gobernador de San Juan, Sergio Uñac, confirmó que la minería seguirá "sin retenciones", un tema que resulta clave para la economía y el nivel de empleo de esa provincia.
"La vuelta a las retenciones implicaba abonar inseguridad jurídica, que creo que es el condimento más complejo que le podemos mostrar a los inversores internacionales", señaló.
El gobernador de Chubut, Mario Das Neves, remarcó que, para el caso de trabajadores de la Patagonia, se aplicaría un diferencial del 22% sobre el mínimo no imponible. Esto, implicará que un asalariado casado con dos hijos comenzará a abonar a partir de los $45.140.
Carlos Verna (La Pampa), Gildo Insfran (Formosa) y Juan Manuel Urtubey (Salta) se ausentaron del encuentro si bien, en el salteño envió a su vicegobernador, Miguel Ángel Isa.
Dado que los proyectos relativos a impuestos tienen como Cámara de origen a Diputados, el Senado no avanzará con uno nuevo. Más bien, buscará introducir modificaciones al que cuenta con media sanción.
Macri, Massa y el rédito político
Los cambios en Ganancias beneficiarán en gran medida a la clase media asalariada, que es donde el PRO tiene su gran base electoral.
Al mismo tiempo, es un segmento en el que el peronismo -sobre todo en su versión kirchnerista- tiene escasa llegada.
En términos políticos, todo indica que Macri resultará beneficiado por la mejora en el humor de los votantes de ese segmento, en vistas a las legislativas de 2017.
Por el lado de Massa, su pacto con el kirchnerismo para la media sanción en Diputados (y la defensa del él que hiciera Máximo Kirchner) puede jugarle en contra a la hora de querer sumar adherentes de este estrato.
El propio Massa es consciente de eso y por eso trató rápidamente de "descontaminarse" del kirchnerismo. No por casualidad había evitado la foto sonriente junto con Kicillof luego de aquella media sanción en Diputados.
En cambio, se lo vio exultante en la cena del "sushi photoshopeado" de la que participaron nada menos que Rogelio Frigerio, Mario Quintana, Emilio Monzó, Nicolás Massot y Luciano Laspina.
Paradojas de esta Argentina. Quien fuera tildado como "un impostor" hace apenas una semana por el propio Macri terminó, a los pocos días, "presidiendo" en su casa una suerte de "reunión de Gabinete macrista".
Y nada menos que para convalidar un proyecto de ley que nada tiene que ver con el que él mismo festejara en Diputados, sin Kicillof en la foto.Por Sebastian Albornos Iprofesional
Fuente: CONSENSO PATAGONICO