Con ayuda de los gobernadores, Macri ya tiene el presupuesto y la reforma tributaria
28.12.2017
Lo sancionó el Senado y sólo se opuso el bloque de Cristina, que se cruzó con Pichetto.El Gobierno consiguió este miércoles sancionar en el Senado la reforma tributaria y el presupuesto de 2018 con ayuda del bloque justicialista, dirigido por Miguel Pichetto e identificado con los gobernadores, en una sesión marcada por el retorno de Cristina Kirchner, que debutó cruzándose duro con Gabriela Michetti.
También se sancionó la prórroga del impuesto al cheque, que se destinará en su totalidad a Anses. Fue el único proyecto que votó a favor la ex presidenta y sus 8 dirigidos.
Sólo los dos puntanos se opusieron a las tres leyes, mientras que el presupuesto y la norma tributaria las rechazaron además el dúo del progresismo (Fernando "Pino" Solanas y Magdalena Odarda), el chaqueño Eduardo Aguilar (ex ladero de Jorge Capitanich y miembro del bloque de Pichetto); y el chubutense Mario País, que la ex presidenta esperaba entre los suyos pero optó por un monobloque. Igual se sentaron cerca y votaron juntos.
Cristina acusó a los gobernadores de haber firmado el pacto fiscal por terror a una fallo a favor de Vidal y Pichetto le respondió con palos a Santa Cruz. "Yo no los subestimaría. Hay provincias que empezaron las clases en septiembre".
El chubutense Alfredo Luenzo, cercano al gobernador de su provincia, tampoco avaló la tributaria, molesto por la falta de incentivos a la patagonia.
"Ahora se los escucha a todos criticar, pero después votan a favor", había anticipado, rendido, Adolfo Rodríguez Saá, tras escuchar decenas de discursos críticos al Gobierno de senadores peronistas que garantizarían las leyes.
Macri las considera claves para su Gobierno, se los hizo saber a los gobernadores y las incluyó en el pacto fiscal, firmado por 23 de los 24 y sancionado como ley. Sólo quedó afuera San Luis.
La mayoría de los senadores justicialistas repudiaron la política monetaria de tasas altas, la falta de reactivación de las economías y regionales y el aumento de la deuda externa, que llevó a cuatro de ellos a votar en contra y a viva voz de los artículos que autorizan a Luis Caputo a salir al mercado: José Mayans (Formosa) Guillermo Snopeck (Jujuy), Luenzo y Omar Perotti (Santa Fe), que exigió aumentar el presupuesto a ciencia y técnica.
Rodríguez Saá abrió y cerró la sesión peleándose con Pichetto por haber tratado las leyes en tiempo express. Al final exhibió el documento que testificaba el ingreso de la reforma tributaria un rato después de haber sido tratada en comisión, con la visita de Nicolás Dujovne. Era lógico: se había aprobado pocas horas antes en Diputados, con muchos cambios.
"Somos los representantes de las provincias y en la negociación nos ha ido bien", se jactó Pichetto y recordó retoques a la reforma impositiva logrados por sus pares como la eliminación de impuestos a economías regionales, a las cooperativas de crédito (pese a la oposición de Dujovne) y al pago de ganancias a los reintegros de exportación.
Aunque las buenas costumbres del Senado impiden discusiones violentas, los ojos estarían puestos en el duelo de Pichetto y Cristina en los discursos de cierres. Y llegó.
La ex presidenta habló media hora con un racconto histórico inicial, que incluyó el recuerdo a los pactos fiscales incumplidos hace dos décadas y la crisis de 2001. "Alfonsín me dijo que le pediría la renuncia a De la Rúa", confesó.
Criticó aspectos de las leyes en cuestión como la baja de aportes patronales ("Las pymes prefieren tener mercado interno. Entre 2003 y 2015 no tocamos los aportes y creció el empleo") y la reducción de impuestos como el cheque ("Nunca se logró reemplazarlo", admitió) o el compromiso de bajar ingresos brutos provinciales ("¿Los van a reemplazar por impuestos a la propiedad?", se preguntó, descreída).
Tiró definiciones sobre problemas no resueltos en su gestión. "En Argentina hay inflación porque hay una economía bimonetaria. Ahora nadie consume nada y suben los precios igual", dijo. No faltaron autoelogios al bajo nivel de endeudamiento que dejó su gestión y, claro, denuncias al Gobierno.
"¿Saben por qué los gobernadores firmaron el pacto fiscal? Porque el ministro del Interior (Rogelio Frigerio) les mostró una foto de (la gobernadora María Eugenia) Vidal con el presidente de la Corte (Ricardo Lorenzetti). Y tenían terror", denunció Cristina.
Curioso: consideró justo restituir el Fondo del Conurbano a la provincia "sin tocarle el dinero a los jubilados", pero no explicó cómo hacerlo y mucho menos porqué no lo hizo cuando fue presidenta.
Pichetto volvió a cuestionar las altas tasas y el déficit comercial del Gobierno. Y sugirió que el secretario de comercio, Miguel Braun importó carne de cerdo porque el supermercado de la familia se encarga de distribuirla.
Con apuntes de letra grande en su banca, terminó repudiando los créditos "Argenta" a beneficiarios de AUH, dispuestos por decreto tras el rechazo de algunos senadores del PJ en pleno recinto. "¡Están endeudando a los más pobres! ¡Es de sociópatas!", gritó.
La radical Silvia Elías de Pérez casi rompe el silencio de estampa con un suspiro de fastidio, pero hasta el último senador de Cambiemos esperaba la respuesta de Pichetto.
"Yo no puedo subestimar a los gobernadores. Gobiernan con convicción, tratando de defender los intereses y los recursos", empezó el jefe de los justicialistas, también en alusión a Rodríguez Saá.
"Cuando se sentaron a discutir con el Gobierno nacional. Lo hicieron pensando en el interés de sus provincias, pagar a fin de mes los sueldos de los trabajadores del Estado y de los jubilados. Hay provincias que empezaron las clases en el mes de septiembre", recordó en referencia a Santa Cruz. A pocas bancas de distancia, Cristina ni lo miraba y se fue a mitad de su discurso.
Se perdió de escuchar algunos elogios del rionegrino a su "sensibilidad con los pobres" o la baja deuda externa, o críticas a "algo gasto" del Estado K.
Pichetto dejó para el final nuevas advertencias a la política a las altas tasas del Banco Central y al déficit comercial, que esta vez se preocupó en desmenuzar para pegarle al secretario de comercio, Miguel Braun.
"Sólo una parte de las importaciones son de bienes de capital. Hay compras de cerdo a Dinamarca. ¿Saben por qué? Porque la principal distribuidora de cerdo es La Anónima", denunció. Se trata de la cadena de hipermercados de la Patagonia, propiedad del tío de Braun.
Cambiemos evitó discursos altisonantes, preocupado en acelerar el debate. "Quienes condujeron los destinos desde Casa Rosada hasta hace dos años tuvieron la mirada puesta en el corto plazo y faltó visión de país. Todas las energías se canalizaban en acumular poder político", fue el cierre de Luis Naidenoff, jefe del interbloque y último orador.
La defensa del paquete económico había estado a cargo del debutante Esteban Bullrich, a cargo de repetir los slogans de Cambiemos. "El objetivo del presupuesto es terminar con la pobreza. Y donde hay pobreza hay un Estado que mal distribuyó los recursos públicos. Salir de la pobreza no es una política pública, sino un cambio cultural, una decisión de todos", propuso. Cristina, que aún masticaba su cruce con Michetti, anotaba sus frases en una hoja oficia. Un par de horas después le respondía.
Fuente: CONSENSO PATAGONICO