Nuevo director del súper telescopio ALMA: Hay muchísimas estrellas que podrían albergar vida
18.10.2017
El súper telescopio ALMA inició sus operaciones científicas en septiembre de 2011 y desde entonces no ha dejado de sorprender al mundo con sus descubrimientos. Además de mostrar a las galaxias como nunca antes, el Atacama Large Millimeter/submillimeter Array observó en 3D el núcleo de una estrella tras su explosión y halló que ciertos elementos químicos necesarios para la vida ya podrían haber existido en el Sistema Solar cuando se formaron los planetas.
A diferencia de los telescopios ópticos como el construido por Galileo Galilei hace más de 400 años, las 66 antenas ubicadas a 5.000 metros sobre el nivel del mar, en medio del desierto chileno de Atacama, funcionan como radiotelescopios diseñados para captar ondas de radio emitidas por fuentes en el espacio.
Nuevo director del súper telescopio ALMA: Hay muchísimas estrellas que podrían albergar vida pic.twitter.com/9ZipYyXyZT
— consensopatagonico (@consensopatagon) 19 de octubre de 2017
Para la comunidad científica, acceder al complejo es la meca. Este año, más de 1.100 astrónomos de todo el mundo se adjudicaron tiempo de observación luego de un proceso a cargo del Comité de Revisión de Propuestas que tardó casi cinco meses. Pero la novedad por estos días es que ALMA, una asociación liderada por Europa, EEUU, Japón, Canadá, junto a otros socios y en cooperación con Chile, tiene nuevo director.
El Dr. Sean Dougherty ocupará el cargo desde abril de 2018 y por un período de cinco años. "Hay muchísimas estrellas que podrían albergar vida", afirma a ámbito.com. Aunque aclara que, de allí en más, "encontrar vida extraterrestre ya es otro asunto". El científico recuerda además sus inicios en la astronomía y asegura que los logros de ALMA "son tantos, que es imposible elegir uno".
Su tarea estará signada por uno de los principales objetivos del súper telescopio en los tiempos por venir: estudiar en detalle el descomunal agujero negro situado en el centro de la Vía Láctea.
Periodista: ¿Cuáles son sus objetivos?
Sean Dougherty: ALMA ha transformado las observaciones del Universo en los últimos años, con algunos de los hallazgos más espectaculares que se hayan hecho en el campo de la astronomía y la astrofísica. Estas observaciones revolucionarias solo son posibles gracias a su gran sensibilidad y elevada resolución. De ahí que haya tantos científicos solicitando tiempo de observación. Cada año, se reciben más propuestas que cualquier otro telescopio del mundo. Para responder a esta demanda, uno de mis objetivos es aumentar la disponibilidad -si las condiciones meteorológicas lo permiten- con el fin de llevar a cabo todas las observaciones posibles (incluido el procesamiento de datos) para la mayor cantidad posible de científicos. Esa es una forma de maximizar la productividad científica del telescopio y, con ello, el número de descubrimientos emocionantes. Por otro lado, estamos terminando un plan de desarrollo, llamado ALMA Development Vision, que busca mantener los sistemas de detección y procesamiento a la vanguardia de la tecnología durante el próximo decenio y aumentar su potencial en términos de hallazgos científicos.
Dougherty dice que "ALMA ha transformado las observaciones del Universo".
P: ¿Qué grandes anuncios podemos esperar?
S.D: Uno de los resultados más esperados de las recientes observaciones es el intento de obtener una imagen del agujero negro súper masivo al centro de nuestra galaxia. Estas observaciones involucraron un gran número de telescopios milimétricos alrededor del mundo, que operaron en conjunto con ALMA, gracias a una técnica llamada Interferometría de Línea de Base muy Larga (VLBI, por su sigla en inglés). Las observaciones, que se llevaron a cabo en el primer semestre de este año, fueron exitosas, y las complicadas labores de reducción de datos están aún en proceso. Es de esperar que en los próximos meses tengamos un anuncio sobre los resultados de estas investigaciones en la frontera de la ciencia. Además, el próximo año se realizarán observaciones para detectar moléculas de agua en sistemas estelares jóvenes en una nueva ventana de observación llamada Banda 5, que fue ideada específicamente para este tipo de observaciones y aprovecha al máximo el emplazamiento de ALMA a gran altitud. Con la capacidad para alcanzar una elevada resolución, ayudarán a determinar cómo y cuándo surgió el agua en sistemas análogos a nuestro Sistema Solar, y cómo llegó a los planetas similares a la Tierra.
P: ¿Por qué Atacama se convirtió en una meca para la astronomía?
S.D.: El desierto de Atacama es un lugar muy interesante por dos razones. Primero, es un lugar muy seco, con un contenido de agua muy bajo en el aire y, en consecuencia, muchos días y noches despejados durante el año. En segundo lugar, está al sur del Ecuador y tiene una vista ininterrumpida al centro de la Vía Láctea y a la mayor cantidad de estrellas. Estos son los principales factores que explican todo el esmero con que, durante los últimos decenios, la comunidad científica chilena ha promovido y defendido esta parte del país como un importante centro astronómico para el mundo.
El desierto de Atacama tiene muchos días y noches despejados durante el año.
P: ¿Durante su gestión se podrá verificar la existencia de vida en otros planetas?
S.D.: Primero pensemos en las probabilidades de que haya vida extraterrestre en el Universo. Existen 100.000 millones de estrellas en la Vía Láctea, y ahora que sabemos que alrededor de la mayoría de las estrellas hay planetas, el número de planetas potencialmente habitables en nuestra galaxia es bastante alto. Pero además hay unos 10.000 millones de galaxias en el Universo, con lo cual hay muchísimas estrellas que podrían albergar vida tal como la conocemos. Dicho esto, también hay que preguntarse en cuántos de esos planetas existe realmente vida, en cuántos de ellos surgieron civilizaciones y cuánto duran esas civilizaciones. Dependiendo de las suposiciones que hagamos para esos factores, el número de civilizaciones presentes en la Vía Láctea podría ir de cientos a muy pocos. Ahora bien, encontrar vida extraterrestre ya es otro asunto. Hay muchos programas de búsqueda de inteligencia extraterrestre en curso en todo el mundo a través de señales emitidas por transmisiones de radio o de señales ópticas provenientes de transmisiones láser. Hasta ahora, no han dado frutos.
Galaxia espiral en colisión, donde se aprecia la evolución de los procesos de formación de estrellas.
P.: ¿Cuáles son hasta ahora los mayores logros de ALMA?
S.D.: Son tantos, que es imposible elegir. Algunos ejemplos son las increíbles imágenes de discos de polvo alrededor de jóvenes estrellas similares al Sol que revelan dónde se forman los planetas; o de gas molecular y atómico en algunas de las primeras galaxias que se formaron en el Universo; o la detección de moléculas complejas en la Vía Láctea, algunas de las cuales pertenecen a una familia de ellas que participa en la síntesis de los aminoácidos. Las observaciones de ALMA producen hallazgos emocionantes en forma constante.
P.: En el noroeste de Argentina se inició la construcción de LLAMA (Large Latin American Millimiter Array). ¿Trabajará en conjunto con ALMA?
S.D.: Los planes para LLAMA consisten en usar el mismo diseño de telescopio y los mismos sistemas de receptores que ALMA, con lo cual tiene un claro potencial de colaboración. Ambos observatorios intercambiarán ideas y lecciones en pos de la ciencia.
P.: ¿Cuándo decidió ingresar al mundo de la astronomía?
S.D.: Mi primer título fue un pregrado doble en Matemática y Física por la Universidad de Nottingham, Reino Unido, en 1983. Enseguida me mudé a Canadá para cursar una maestría en Geofísica Aplicada en la Universidad de Calgary, con el objetivo de trabajar en exploración petrolera. Todo iba según lo previsto hasta que, en algún momento de 1987, me puse a recordar mis días de pregrado, en todo lo que había disfrutado de mis clases de astrofísica y de mi proyecto final sobre sistemas de detección de rayos cósmicos. Motivado simplemente por esos buenos recuerdos, decidí visitar el Departamento de Física y Astronomía de la Universidad de Calgary, donde conversé con algunos profesores y terminé matriculándome en un doctorado de astrofísica que empezaba en enero de 1988. Treinta años más tarde, esa decisión me trajo a Chile a dirigir ALMA.
Fuente:Ambito Financiero
Fuente: CONSENSO PATAGONICO