ECONOMÍA - NACIONAL

«Caputo sin reservas: la deuda como único plan».

04.12.2025

El ministro estrella del experimento libertario vuelve a golpear la puerta de los bancos privados. Sin dólares en el Central, cada vencimiento se convierte en un nuevo pedido de auxilio. La épica de la motosierra se diluye en la rutina de endeudarse más caro, mientras el salario mínimo apenas sube y la protesta social se multiplica.

 

«Caputo sin reservas: la deuda como único plan».

 

El ministro estrella del experimento libertario vuelve a golpear la puerta de los bancos privados. Sin dólares en el Central, cada vencimiento se convierte en un nuevo pedido de auxilio. La épica de la motosierra se diluye en la rutina de endeudarse más caro, mientras el salario mínimo apenas sube y la protesta social se multiplica.

 

La escena es casi televisiva: Caputo, traje ajustado y sonrisa de manual, anuncia que negocia con bancos privados para cubrir los intereses de enero. No hay reservas, no hay plan productivo, no hay horizonte. Solo deuda. El “Messi de las finanzas” convertido en el arquero que siempre recibe goles en contra.

La narrativa oficial insiste en que «estamos mejor que cuando asumimos». Pero los números son implacables: reservas en rojo, dólar blue que no se domestica, salario mínimo que sube apenas 6.000 pesos y una CGT que califica la medida como “insuficiente y alejada de la realidad”.

El contraste es brutal. Mientras se celebra la supuesta “confianza de los mercados”, los trabajadores del INTI son desalojados por la policía en la General Paz, los choferes anticipan paro si no cobran aguinaldo, y la calle se convierte en el verdadero termómetro de la economía.

“El plan es tan simple que cabe en un tweet: pedir prestado para pagar lo que ya pedimos prestado. Y repetir”. La motosierra se guarda en el placard, porque lo único que se corta es la paciencia social.

La deuda deja de ser un recurso excepcional y se convierte en política estructural. Cada vencimiento es un déjà vu: Caputo buscando dólares prestados, bancos privados cobrando intereses más altos, y la sociedad pagando el costo en salarios, tarifas y derechos recortados.

La épica libertaria se desarma frente a la realidad: sin reservas, no hay soberanía. Y sin soberanía, lo que queda es dependencia. El “bienio arrasado” describe un país que vive al día, hipotecando el futuro para sobrevivir al presente.

La deuda no es un plan, es un síntoma. Y cuando el síntoma se convierte en estrategia, el resultado es claro: más ajuste, más desigualdad, más conflicto. Caputo busca dólares, pero lo que falta son reservas de credibilidad.

Fuente: CONSENSO PATAGONICO

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