El Gobierno presentó un paquete de medidas fiscales que buscará recaudar y redistribuir
18.12.2019
El paquete de medidas presentado ayer por el ministro de Economía, Martín Guzmán, mostró dos puntos salientes. Uno por el lado de los ingresos públicos, con modificaciones en el sistema impositivo que buscarán generar recursos para ordenar las cuentas y tener margen para hacer gasto expansivo.
Más recursos vía retenciones, bienes personales e impuesto a la fuga.
Esa cuestión tuvo un capítulo aparte que sorprendió a la mayoría: el impuesto de 30% a la compra de dólares para ahorro y para gasto en el extranjero, que busca estabilizar la cuestión cambiaria. El otro punto clave fue por el lado del gasto, eliminó la fórmula de movilidad, y dejó dudas sobre qué ocurrirá con las jubilaciones a partir de marzo. En general hay coincidencias sobre el carácter progresivo del proyecto.
El Gobierno presentó en el Congreso el proyecto de Ley de solidaridad social y reactivación productiva, que fue además defendido Guzmán en conferencia de prensa. La Ley buscará darle facultades al Ejecutivo para tomar decisiones recaudatorias que generen más ingresos y un sistema más progresivo. Esos recursos extra darían, además, la posibilidad de ir a una política de gasto más expansiva. En suma, un régimen fiscal redistributivo y con miras a la reactivación, sacándole a los sectores de más ingresos para inyectar en los de menos.
Un informe entregado ayer a la prensa por parte de Economía sostuvo que la reforma tributaria del 2017 era consistente fiscalmente sólo si la economía crecía al 3%. Al no ocurrir, sostienen, la recaudación se vio afectada y eso complicó la sustentabilidad fiscal, lo que culminó con los mercados financieros cerrados. El proyecto entregado al Congreso plantea medidas como la mencionada del 30% de impuesto a la compra de dólares y los gastos en divisas en el extranjero o por internet, que llevará a unos dólares ahorro y turista virtuales de $82. El 70% de lo recaudado por esa vía estará destinado a financiar programas de Anses, lo que garantiza cierta redistribución progresiva, y el 30% a obra pública.
También plantea una suba de Bienes Personales, que grava a personas de los deciles más altos. Volverá a las alícuotas previas a la reforma tributaria de Cambiemos y dará potestad al Gobierno de cobrarle el doble a los bienes en el extranjero (y no hacerlo con aquellos que decidan repatriar). También autoriza al Ejecutivo a realizar una suba de 3 puntos en los derechos de exportación. Por otro lado, busca una devolución de IVA a los consumidores finales de alimentos básicos. Frena la baja al 25% del impuesto a la renta empresaria planteado por Cambiemos y fija la alícuota en 30% para 2020. También genera un nuevo esquema de contribuciones patronales con un mínimo imponible más bajo al que iba a resultar con la actualización por IPC del sistema actual. Algunos analistas lo leyeron como un desincentivo a blanquear empleados.
El economista de Ecolatina Joaquín Waldman consideró que el paquete de medidas tiene un carácter progresivo: "Lo más evidente se ve en Bienes Personales, que grava a personas con patrimonio elevado. Pero el impuesto a la compra de dólares y pagos en el exterior con tarjeta también. Las retenciones además abaratan alimentos".
Para el analista de Proyecto Económico Genaro Grasso, además tiene un efecto desdolarizador: "Grava a retiros en efectivo de las empresas grandes, tanto en dólares como en pesos, desgrava la tenencia de plazos fijos en pesos, lo que incentiva el ahorro en pesos. Además, sube impuestos a los bienes de lujo, con alto componente importado y lo mismo que ocurre con el turismo".
Fuente: BAE