Las pruebas de la manipulación del escrutinio
17.08.2017
El conteo avanzó más en las secciones electorales bonaerenses donde Cambiemos hace diferencia. Y lo frenaron en la Tercera, la única donde todavía manda el peronismo. Los documentos.
Por CARLOS MARINO
“No es que uno carga como quiere, sino que va cargando como va entrando”. La frase pertenece a Guillermo Montenegro, precandidato a diputado nacional por la provincia de Buenos Aires del frente Cambiemos. La dijo este lunes, en conferencia de prensa con la gobernadora María Eugenia Vidal y su “equipo” de batalla electoral. El ex embajador respondía a las críticas sobre el manejo del escrutinio provisorio bonaerense en el centro de cómputos del Correo, ejecutado por la empresa española Indrapero controlado políticamente por el Gobierno. La ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner lo había calificado de “inmenso papelón internacional”: había acusado al oficialismo de manipularlo para construir la ilusión de una victoria PRO para el prime time de la TV. Pues bien: las planillas le dan la razón a CFK. Montenegro no dice la verdad.
Letra P cotejó los registros de carga de datos de las ocho secciones electorales en la categoría senadores nacionales. La conclusión es elocuente: coinciden las regiones de mayor rendimiento electoral del oficialismo con aquellas en las que el escrutinio avanzó más. El Gobierno apuró el conteo en sus principales bastiones: la Cuarta (la patria sojera y rica del noroeste bonaerense), la Quinta (el corredor atlántico con epicentro en Mar del Plata), la Sexta (el sudoeste conservador con eje en la populosa Bahia Blanca) y la Séptima (el centro bonaerense, también de fuerte carácter agrícola).
Los números:
A las 4.15, en esas secciones electorales, donde el oficialismo se impuso con ventajas que van de los 15 a los 20 puntos porcentuales, la carga de datos había superado, entre dos y tres puntos, el promedio global bonaerense de 95%, según este detalle:
Cuarta: 98,26%.
Quinta: 96,07%
Sexta: 98,06%
Séptiima: 97,29%
Otras dos secciones, en las que Cambiemos tuvo rendimientos menos exitosos, la carga de datos se emparentó con la media:
En la Primera (norte del conurbano, donde supo tener predominio Sergio Massa), llegó al 95,14% y el oficialismo empató con Unidad Ciudadana.
En la Segunda (noreste provincial, con epicentro electoral en San Nicolás), se escrutó el 95,71% de las mesas y Cambiemos consiguió un triunfo menos rutilante: le sacó una luz de nueve puntos al kirchnerismo.
El dato más elocuente es lo que pasó en la Tercera sección electoral, el conglomerado más densamente poblado del país que concentra, en el sur del GBA, el voto duro del peronismo. Allí, donde los candidatos de Unidad Ciudadana se impusieron por 13 puntos sobre los de la alianza que gobierna el país y la Provincia, el conteo de votos se detuvo en el 94,34%, un punto por debajo del promedio.
La excepción que confirma esta regla –siempre debe haber una- es la Octava, la sección Capital: en La Plata, Cambiemos ganó por paliza (aventajó a UC por 15 puntos) pero el escrutinio llegó apenas al 94,02% de las mesas del distrito.
LA CARA POLÍTICA DE LA MANIPULACIÓN. A las tres y media de la mañana, el secretario de Asuntos Públicos de la Nación, Adrián Pérez, intentó, en una charla con Telefé, explicar lo inexplicable. No pudo. Y la pateó a la tribuna: "Es una elección muy cerrada que se va a terminar de definir en el escrutinio definitivo”. Después se iría a dormir, acaso con la satisfacción del deber (partidario) cumplido.
“No es la primera vez que pasa” que se demoran los escrutinios en la provincia de Buenos Aires, dijo este lunes la gobernadora Vidal. Cierto: en 2013 y en 2015 el recuento provisorio terminó a la madrugada en un caso y casi al mediodía en otro –del día siguiente a los comicios. Pero el problema, esta vez, no fue cuándo terminó el conteo, sino cómo se fue desarrollando y cómo fue impactando el ritmo de carga en el resultado general. Fundamentalmente cuando la lista encabezada por la ex presidenta Fernández de Kirchner se puso a una décima de la que lidera el ex ministro Esteban Bullrich. De eso no habló Vidal. De eso hablan las planillas.
Fuente:LETRA P
Fuente: CONSENSO PATAGONICO