Entra en vigencia el consenso logrado en el Tratado Antártico
23.06.2017
EL 23 DE JUNIO DE 1961
Este día, al ser ratificado por los gobiernos de Argentina, Australia y Chile; entra en vigencia el Tratado Antártico. Estos países fueron los últimos en hacerlo de los doce que habían conformado el acuerdo el 1° de diciembre de 1959.
El Tratado Antártico fue firmado, además de por esos tres países, por Bélgica, EE.UU., Francia, Japón, Noruega, Nueva Zelanda, Reino Unido, Sudáfrica y Unión Soviética.
“El Tratado significó una internacionalización limitada del continente y la suspensión de los reclamos de soberanía pero no su negación. Se reconocieron reclamos territoriales de Argentina, Australia, Chile, Francia, Noruega, Nueva Zelanda y el Reino Unido. Luego de ser ratificado por los países el Tratado entró en vigencia”. Al quedar en vigor las normas del acuerdo multinacional “cesarían los incidentes, intercambios de notas de protesta y demostraciones de fuerza. Precisamente el artículo primero establece que la Antártida se utilizará exclusivamente para fines pacíficos, prohibiéndose toda medida de carácter militar, tal como la instalación de bases y ensayos de toda clase de armas, pero sin prohibirse el empleo de personal o equipos militares para investigaciones científicas” (Pablo Fontana. La Pugna Antártica).
En relación a los ensayos de armas, hubo diversos intentos y concreciones antes de la firma del Tratado que amenazaban con una contaminación generalizada del continente blanco. En 1955, “científicos nucleares británicos consideraron utilizar la Antártida como laboratorio de ensayo para sus armas atómicas y si lo hacían, seguramente sería en el Sector Antártico Argentino por corresponderse con su reclamo (…) en 1952 los británicos habían detonado su primera bomba atómica en las Islas Montebello, al Oeste de Australia, y en 1956 explosiones nucleares en el mismo lugar contaminaron por radiación las ciudades de Mount Isa, Julia Creek, Longreach y Rockhampton” (op. cit.).
En la actualidad 52 países han adherido al Tratado Antártico. Su vigencia es indefinida, pero, a partir de 1991, puede estar sujeto a revisión.
Los embates de las corporaciones procuran resolver a su favor el dilema de preservar la naturaleza del continente o habilitar sus apetitos por apropiarse de los cuantiosos recursos minerales existentes. También está siempre latente la pugna de las grandes potencias por la soberanía del espacio territorial antártico.
Fuente: CONSENSO PATAGONICO