Los curtidores argentinos amplían sus exportaciones. Sin embargo, caen sus ingresos
07.06.2017
Los curtidores argentinos enfrentan una situación complicada: logran exportar mayor volumen, mientras disminuyen sus ingresos, paradoja que afecta su desarrollo productivo, como consecuencia de la reducción de la demanda internacional. Si no se toman medidas en el corto plazo por parte de las autoridades, podría haber suspensiones y despidos.
En 2016 los precios internacionales de cuero industrializado se redujeron, y aunque se exportó más volumen que en 2015, el resultado en dólares fue menor, lo que generó un deterioro del 20 por ciento.
En 2017, el sector enfrenta una disminución en la demanda mundial, problemática que impactará en las 10 mil familias ligadas a la industria.
Aun así, el sector continúa con la actualización de los procesos productivos, además de generar mejores condiciones laborales que resultan útiles para superar la coyuntura con miras a la recuperación de la actividad, al igual que el fortalecimiento de emprendimientos exportadores conjuntos de la cadena de valor.
El salto fue en los '70, cuando se dejó de exportar cuero salado sin curtir y se invirtió para alcanzar el producto de valor agregado industrial actual. En este contexto, tuvo lugar el desarrollo que permite hoy contar hasta con multinacionales locales que compiten, con un cuero altamente tecnificado y adecuado a la demanda global. Tailandia, Hong Kong, China, México, los EEUU y Croacia son algunos de los principales compradores de cuero industrializado argentino.
El trabajo con el sector público resulta fundamental para generar mecanismos que mejoren la competitividad, con la expectativa que lentamente se revierta la tendencia negativa a partir de mediados de 2018.
La industria más antigua, que desde la época del Virreinato era partícipe principal del comercio, es un caso testigo para un Gobierno que precisa que Argentina sea el supermercado del mundo.
Fuente: Ambitofinanciero