Catena: «Los sindicatos son parte del problema o de la solución».
31.10.2025
Frente al avance de la reforma laboral, Horacio Catena lanza un desafío a la burocracia sindical: "Si no luchás por tu gente, sos parte del problema". Una crítica frontal a CTERA y una defensa de la representación genuina: el secretario general de SUTEF interpela al sindicalismo argentino en tiempos de ajuste.
Catena: «La dirigencia sindical o somos parte del problema o somos parte de la solución».
Frente al avance de la reforma laboral, Horacio Catena lanza un desafío a la burocracia sindical: "Si no luchás por tu gente, sos parte del problema". Una crítica frontal a CTERA y una defensa de la representación genuina: el secretario general de SUTEF interpela al sindicalismo argentino en tiempos de ajuste.
“La dirigencia sindical: o somos parte del problema o somos parte de la solución”, sentencia Catena, sin medias tintas.
En medio del avance de las políticas de ajuste y la ofensiva flexibilizadora, Horacio Catena, secretario general de SUTEF, plantea una pregunta incómoda: ¿a quién representa realmente el sindicalismo argentino? Su respuesta, tan clara como polémica, dibuja una línea divisoria entre dos modelos de representación: el que se pliega al poder y el que elige la lucha junto a los trabajadores.
"Nosotros tenemos claro qué representamos y a quiénes representamos", afirma con contundencia, en lo que suena a un desafío abierto a la dirigencia tradicional. Frente a lo que considera la “verdadera vergüenza” de confederaciones como CTERA —a las que acusa de haberse “adaptado a las necesidades políticas de los gobernadores”—, su postura es tajante: el sindicato debe ser una herramienta de lucha, no de acomodamiento.
El diagnóstico es implacable. Catena observa cómo “algunos dirigentes gremiales” se quejan del ajuste y del voto popular, pero señala una contradicción de fondo: “Echarle la culpa a la gente cuando nunca hiciste nada, no defendiste nada, no te exponés por nada”. Para él, esta actitud no solo es hipócrita, sino que explica la crisis de representatividad que atraviesa buena parte del movimiento sindical.
Frente a ese vacío, Catena se posiciona desde la coherencia y la disposición al conflicto. “La dirigencia sindical o somos parte del problema o somos parte de la solución”, repite, eliminando cualquier ambigüedad. Y se ubica sin titubeos en el segundo campo: el de quienes, “asumiendo los costos públicos y sociales”, eligen enfrentar al poder para defender las condiciones de vida de los trabajadores.
Esa autodefinición tiene consecuencias prácticas. Mientras denuncia que CTERA “ha abandonado a la docencia”, Catena construye legitimidad desde la acción: 48 horas de paro provincial, movilización permanente y la presentación de un proyecto de ley de financiamiento educativo frente al ajuste. “No nos hemos quedado callados”, recalca, marcando distancia con una dirigencia que —según su relato— prefiere la comodidad del silencio.
El reclamo por una representatividad genuina se vuelve urgente ante la reforma laboral. Catena advierte que no se puede hablar de “flexibilización” con credibilidad cuando “a más del 50% de los trabajadores registrados no les llegan los derechos de los convenios colectivos”. Quienes callaron ante esa precarización estructural, sugiere, no tienen autoridad para oponerse ahora a una reforma que solo profundiza lo ya existente.
Su crítica alcanza incluso a sectores cercanos. Ante el comentario de que “el 40% de los docentes seguramente querrán algún tipo de flexibilización laboral”, responde con realismo político: “Nosotros no idealizamos nuestro sector”. Reconoce la diversidad ideológica, pero reafirma su compromiso con la defensa de los intereses colectivos, más allá de encuestas o tendencias coyunturales.
El planteo final de Catena es un llamado a la autocrítica y a la redefinición del sindicalismo. Frente a un modelo que produce “paz de los cementerios”, propone otro que se construye en la lucha, con los pies en el barro y la lealtad puesta en el pueblo, no en los cargos. “A los gobiernos del campo popular se les exige y a los gobiernos del enemigo se los combate”, resume, estableciendo un principio de acción que rechaza tanto el oficialismo obsecuente como la comodidad de la inacción.
En tiempos donde el avance del ajuste exige definiciones claras, la voz de Catena interpela al conjunto del movimiento sindical: la representatividad no se decreta, se construye en la defensa consecuente de los trabajadores, aunque eso implique nadar contra la corriente de los poderosos y de los propios compañeros que eligieron la adaptación.
Fuente: CONSENSO PATAGONICO



