«Swap sin soberanía»: el salvataje silencioso que profundiza la dependencia argentina
23.09.2025
Mientras el Congreso permanece al margen, el Tesoro de Estados Unidos avanza con un acuerdo financiero que compromete a la Argentina en silencio. Bajo la forma de un swap, el gobierno de Javier Milei busca cubrir vencimientos de deuda sin debate legislativo, en lo que expertos internacionales califican como un “rescate encubierto” que refuerza la subordinación geopolítica y desnuda el fracaso del plan económico libertario.
« Swap sin soberanía»: el salvataje silencioso que profundiza la dependencia argentina
Mientras el Congreso permanece al margen, el Tesoro de Estados Unidos avanza con un acuerdo financiero que compromete a la Argentina en silencio. Bajo la forma de un swap, el gobierno de Javier Milei busca cubrir vencimientos de deuda sin debate legislativo, en lo que expertos internacionales califican como un “rescate encubierto” que refuerza la subordinación geopolítica y desnuda el fracaso del plan económico libertario.
Cuando el salvataje se disfraza de respaldo
Como economista con experiencia en procesos de reestructuración soberana y asistencia multilateral, observo con preocupación el reciente anuncio del Tesoro estadounidense: “Haremos todo lo necesario para apoyar a Argentina”. Esta frase, pronunciada por el secretario Scott Bessent, no es una expresión de solidaridad financiera, sino una jugada geopolítica que consolida la dependencia estructural de nuestro país.
El mecanismo elegido —un swap de monedas entre el Tesoro de EE.UU. y el Banco Central argentino— permite eludir el Congreso Nacional, evitando el debate democrático sobre un nuevo endeudamiento. En términos técnicos, es una operación de corto plazo que intercambia divisas para cubrir vencimientos de bonos. En términos políticos, es un bypass institucional que compromete el futuro financiero de la Nación sin transparencia ni consenso.
¿Qué implica el swap con EE.UU.?
- Monto estimado: u$s 8.500 millones para cubrir vencimientos en enero y julio de 2026.
- Ventaja aparente: no requiere aprobación legislativa, al no ser considerado “nuevo endeudamiento”.
- Riesgo real: genera obligaciones futuras en dólares, sin garantías de sostenibilidad macroeconómica.
Este tipo de instrumentos, si bien útiles en contextos de emergencia, deben ser acompañados por un plan fiscal creíble, una política monetaria consistente y una estrategia de crecimiento. Nada de eso está presente hoy en Argentina. El swap no es una solución estructural, sino un parche que posterga el estallido.
Geopolítica del endeudamiento: ¿rescate o alineamiento?
El respaldo de Washington no es gratuito. En el tablero internacional, Argentina se convierte en una ficha clave para contener la influencia china en Sudamérica. El swap con EE.UU. compite directamente con el acuerdo vigente con el Banco Popular de China, que también provee liquidez en yuanes.
Este giro estratégico implica:
- Mayor alineamiento con la política exterior norteamericana.
- Endurecimiento de la postura frente a Venezuela y otros actores regionales.
- Pérdida de autonomía en decisiones comerciales, energéticas y tecnológicas.
Desde una perspectiva soberana, el swap no es un gesto de confianza, sino una herramienta de condicionamiento. El Tesoro norteamericano no actúa por altruismo: busca consolidar su influencia en un país que atraviesa una crisis de reservas, inflación descontrolada y recesión profunda.
El Congreso excluido: erosión institucional
La decisión de evitar el Congreso mediante un instrumento financiero no convencional representa una grave señal de deterioro institucional. La ley Guzmán exige que todo nuevo endeudamiento sea aprobado por el Poder Legislativo. El swap, al ser técnicamente un “intercambio de divisas”, sortea esta exigencia.
Pero el fondo de la cuestión no es jurídico, sino político:
- Se comprometen recursos públicos sin control democrático.
- Se oculta el costo real del acuerdo a la ciudadanía.
- Se vulnera el principio de transparencia fiscal.
En cualquier democracia madura, un salvataje de esta magnitud debería ser objeto de debate parlamentario, análisis técnico y control ciudadano. En Argentina, se presenta como una “solución creativa” que refuerza la opacidad.
Fracaso del plan económico: ¿qué se está rescatando?
El swap no rescata a la Argentina. Rescata al gobierno de Milei de su propio fracaso. Tras nueve meses de gestión, el plan libertario no logró estabilizar el mercado cambiario, reducir la inflación ni generar crecimiento. La recesión se profundiza, el desempleo aumenta y la pobreza se expande.
Este salvataje encubierto:
- Evita el default técnico en 2026.
- Contiene la corrida cambiaria en el corto plazo.
- Refuerza la narrativa de “respaldo internacional” sin mostrar resultados internos.
Desde una mirada profesional, es evidente que el swap no resuelve los desequilibrios estructurales. Solo posterga el ajuste, sin modificar las causas profundas de la crisis.
Reflexión final: ¿quién paga el costo?
El acuerdo con EE.UU. no será gratuito. Aunque no se presente como deuda, genera compromisos futuros en dólares, con tasas implícitas y condiciones geopolíticas. El costo lo pagarán las generaciones futuras, los territorios periféricos y los sectores productivos que hoy no tienen voz en la negociación.
Como economista internacional, advierto que:
- La falta de debate público debilita la legitimidad del acuerdo.
- La subordinación geopolítica compromete la soberanía económica.
- La ausencia de un plan integral convierte el swap en una bomba de tiempo.
Fuente: CONSENSO PATAGONICO