POLÍTICA NACIONAL

Gas pimienta contra los jubilados: el costo humano del veto de Milei

07.08.2025

La escena fue tan brutal como simbólica.  María Rosa Ojeda, de 69 años, se desplomó frente al Congreso tras recibir gas pimienta en la cara.  Un jubilado es como un niño. Me cansé de que nos golpeen”, alcanzó a decir antes de desmayarse.

 

La escena fue tan brutal como simbólica. María Rosa Ojeda, de 69 años, se desplomó frente al Congreso tras recibir gas pimienta en la cara. “Un jubilado es como un niño. Me cansé de que nos golpeen”, alcanzó a decir antes de desmayarse. La represión a adultos mayores que protestaban por el veto presidencial al aumento de jubilaciones se convirtió en el rostro más crudo de una política que, según sus críticos, prioriza el superávit fiscal por encima de la dignidad humana.

El lunes 4 de agosto, el presidente Javier Milei oficializó el veto a tres leyes aprobadas por el Congreso: el aumento del 7,2% en las jubilaciones, la actualización del bono previsional de $70.000 a $110.000, y la prórroga de la moratoria previsional. También se rechazó la declaración de emergencia en discapacidad. La decisión, plasmada en el Decreto 534/2025, fue justificada por el Ejecutivo como una medida para evitar un gasto “fiscalmente irresponsable” que, según cálculos oficiales, alcanzaría los $7 billones en 2025 y $17 billones en 2026.

Pero más allá de los números, lo que se vio en las calles fue otra cosa: desesperación, enojo y una sensación de abandono. “Este Gobierno nos está dejando sin nada”, dijo Jesús Fajardo, jubilado de 67 años, mientras sostenía una pancarta que decía “No somos gasto, somos historia”.

¿Qué se vetó exactamente?

La ley vetada por Milei proponía:

Un aumento del 7,2% en los haberes jubilatorios.
La actualización del bono previsional a $110.000, ajustable por inflación.
La reapertura de la moratoria previsional para quienes no completaron los años de aportes.
Fondos extraordinarios para prestadores del sistema de discapacidad.

De haberse aprobado, la jubilación mínima habría alcanzado los $441.564. Con el veto, quedó en $384.305, incluyendo el bono congelado desde marzo de 2024.

Según la Defensoría de la Tercera Edad, una jubilación digna debería rondar los $1.200.000 mensuales, considerando gastos en salud, vivienda y alimentación. Hoy, el 63,5% de los jubilados cobra la mínima, lo que los ubica por debajo de la línea de pobreza.

 El Congreso en disputa

La oposición busca revertir el veto, pero necesita dos tercios de los votos en ambas cámaras. En Diputados, eso implica 171 votos afirmativos; en el Senado, 48. El oficialismo, en cambio, solo necesita un tercio para sostener el veto: 86 diputados o 25 senadores.

La estrategia libertaria fue clara: vetar antes del cierre de alianzas electorales para presionar a los gobernadores. “Nos conviene meter las insistencias después de los cierres, ahora tienen a todos los gobernadores agarrados”, confesó un legislador opositor.

 La calle como termómetro

La protesta del miércoles frente al Congreso fue una de las más intensas del año. Participaron jubilados, personas con discapacidad y organizaciones sociales. La represión con gas pimienta generó una ola de indignación en redes sociales, donde el hashtag #GasPimientaContraLosJubilados se volvió tendencia.

“¿Esto es libertad?”, preguntó un usuario en X, compartiendo imágenes de adultos mayores llorando por los gases. La escena fue replicada por influencers, periodistas y dirigentes políticos, generando un efecto viral que puso en jaque la narrativa oficial.

¿Superávit a qué costo?

Desde el Gobierno, Milei defendió el veto como una “verdad incómoda” y acusó a la oposición de querer “condenar a nuestros jóvenes a más emisión, inflación y pobreza”. Pero los números muestran otra cara: el gasto en jubilaciones cayó un 35% en términos reales desde diciembre de 2023, mientras que el superávit fiscal se convirtió en bandera política.

“Es un insulto a quienes hacen un gran esfuerzo para seguir adelante con una vida honesta”, dijo el Presidente en un acto de la Fundación Faro. Sin embargo, para muchos, el esfuerzo parece unilateral.

 

Lectura política

El veto no solo es económico, sino profundamente político. En plena negociación de alianzas, Milei busca blindar su núcleo duro y condicionar a los gobernadores. La oposición, por su parte, intenta capitalizar el descontento sin fracturar sus propios bloques.

El resultado es incierto. Pero lo que está claro es que el debate sobre las jubilaciones dejó de ser técnico para convertirse en una batalla cultural. Una que se libra en el Congreso, en las redes y, sobre todo, en las calles.

 

Fuente: CONSENSO PATAGONICO

comentarios
0

IMPORTANTE: Los comentarios publicados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellas pueden ser pasibles de las sanciones legales que correspondan. Aquel usuario que incluya en sus mensajes algun comentario violatorio del reglamento será eliminado e inhabilitado para volver a comentar.

campos obligatorios

LO MAS RECIENTE