El uso de pantallas puede alterar el reloj biológico y dificultar el aprendizaje
09.05.2017
Los adolescentes, grandes usuarios de tecnología, tienden a ser más vespertinos y es algo que obedece tanto a cuestiones sociales como biológicas, afectando la cantidad y calidad de horas de sueño, y en consecuencia a la capacidad de aprendizaje.
Todos tenemos un reloj biológico que determina qué condiciones son mejores o peores para la memoria y la aprehensión. Los adolescentes, por ejemplo, tienden a ser más vespertinos y eso obedece tanto a cuestiones sociales como biológicas, afecta a la cantidad y calidad de horas de sueño, y por lo tanto, a la capacidad de aprendizaje.
El ritmo de vida que lleva la sociedad junto con las pautas culturales, los medios y la tecnología contribuyen a que los adolescentes duerman menos. Además, influyen los cronotipos, que son las preferencias diarias que todos tenemos y cambian con la edad: los adolescentes suelen ser más nocturnos o vespertinos porque suelen elegir dormir y levantarse tarde.
Las especialistas Andrea Goldín y María Juliana Leone dictan, en el marco de la Universidad Torcuato Di Tella, un curso de formación denominado “Cronoeducación: aprendizaje y sueño en el aula” que comienza hoy hasta mediados de junio y que está orientado a educadores, directores, profesionales y cualquier persona interesada aunque no tenga conocimientos previos sobre el tema.
“El momento de vespertinidad va creciendo a partir de los 11 hasta que llega un pico a los 20 aproximadamente. Entonces, el problema con los adolescentes es ese, que son nocturnos. Tienen que ir al colegio muy temprano y se acuestan tarde, porque las costumbres potencian eso. Pero evidentemente pesa algo biológico”, explicó a Télam María Juliana Leone, Doctora en Ciencias Básicas y Aplicadas (UNQ) e Investigadora y profesora del Laboratorio de Neurociencias UTDT.
“Se sabe muy poco por qué dormimos, pero sí se sabe que es muy importante, imprescindible. Los animales que no duermen se mueren. Y las personas que duermen poco se enferman. Tenemos un ciclo de sueño consolidado de aproximadamente 8 horas y eso se mantiene hace muchísimos años, en particular a la noche”, dijo Leone.
El sueño y el aprendizaje
En la educación, la falta de sueño provoca disminución del alerta, se sabe menos lo que hay que aprender, se entiende menos qué es lo importante de la clase. Y al momento de rendir, provoca menos reflejos para ir a buscar la información que guardamos.
Claudia Romero, Doctora en Educación y Directora del Area de Educación de la UTDT, analizó el tema con Télam: “Lo que vemos es una relacion disfuncional entre este proceso biologico y la organizacion de la escuela”.
En tanto, Andrea Goldín, Doctora en Ciencias Fisiológicas (UBA) e Investigadora y profesora del Laboratorio de Neurociencias UTDT, agregó que “el cerebro de un adolescente esta durmiendo a esa hora, pero los ojos están abiertos”.
Además comentó que en Estados Unidos y en algunos países de Europa se retrasó en una hora el comienzo de clases, una medida que tuvo resultados muy positivos. "Los chicos aprenden mejor, le va mejor en los exámenes y tienen menos ausentismo".
Leone explicó que por lo general las evaluaciones de estas pruebas "se hacen a los dos meses, cuando termina la intervención de cambio de horario. Entonces, no se sabe bien qué ocurriría si se mantuviera el horario original”.
Las especialistas coincidieron en que hay que descansar bien para aprender mejor: los adolescentes tendrían que dormir 9 horas, de noche, sin celulares y sin pantallas.
Reloj biológico
El reloj biológico está dentro del cerebro. Una parte de este funciona como un reloj, marca el tiempo, y recibe información por los ojos. Se pone en hora con la luz del sol y con la luz azul que emiten las pantallas digitales de led, no ocurre lo mismo con las de tubo.
Goldín explicó cómo funciona la "trampa" que las pantallas le hacen al sueño: “La luz que emiten las pantallas led, es una luz de tipo más azul, que le dice al reloj que es de día. Por los ojos entra día, pero es de noche. Entonces tardás más en irte a dormir”.
En tanto, Romero enfatizó que el uso de pantallas debería limitarse y que la currícula debe adaptarse a las necesidades horarias del cerebro: "Desde la escuela se puede mejorar el tiempo en el que empiezan las clases, quizás una hora, pero además se pueden poner en las primeras horas materias que no requieran mucha concentración como deporte y arte y dejar otras, como matemáticas, para más tarde”.
Romero comentó que estos saberes son cosas probadas y que no son tomadas por las escuelas, por lo que es importante la divulgación dentro de los docentes, directores y personas que están a cargo de las políticas educativas, porque sería una gran contribución a la calidad del aprendizaje.
Las especialistas coincidieron en que es importante para la vida cotidiana concientizar sobre el sueño. Además, manifestaron que hay muchos estudios que demuestran que la privación de sueño o dormir menos tiempo lleva a más accidentes y disminuye los reflejos.
"Si uno se priva durante mucho tiempo del sueño, eso se empieza a notar en un montón de patologías: obesidad, diabetes, depresion, problemas estéticos”, dijo Goldín, y aclaró: “No es sólo por eso pero están muy relacionadas”.
Fuente: ConcensoPatagonico