Más dólares, más vacunas y acuerdo con el FMI: la hoja de ruta de Guzmán para activar la economía
05.04.2021
Argentina, a diferencia de otros países, como los europeos, no tiene espacio para volver a cerrar actividades, especialmente por el costo fiscal
Hay dos cuestiones que más preocupan a Martín Guzmán en este inicio del otoño: la cantidad de contagios diarios de Covid y el volumen de vacunas que llegan a Ezeiza. El ministro está convencido de que, a lo largo del año, la actividad económica se recuperará a una velocidad mayor a la prevista por las consultoras económicas. Y también por él mismo. La única duda, plantea entre sus colaboradores más cercanos, es el impacto de la segunda ola de coronavirus.
Guzmán está convencido que el Gobierno debe focalizarse en una comunicación eficaz para que la gente extreme sus cuidados en la vida cotidiana. Está en contra de cualquier clausura de actividades.
Argumenta a favor de esa postura cuando trata el tema con su equipo: todas las actividades ya tienen sus protocolos para evitar contagios y se están llevando a cabo. Por eso no hay problemas en la industria y en el comercio. No es lo mismo que el año pasado, cuando poco se sabía, había que ganar tiempo para ampliar la capacidad instalada del sistema de salud y se hizo necesario ir al apagón de la economía.
"El nivel de contagios es mucho menor en los puestos de trabajo que en los ámbitos sociales", refrenda un miembro del equipo económico.
La cantidad de vacunados se convirtió en un indicador clave para predecir el futuro de la economía. No es casual que los principales bancos de inversión incluyan ese dato en sus informes a clientes.
En la Argentina, el proceso de vacunación se encuentra en ciernes y recién en las últimas jornadas empezaron a llegar una cantidad de dosis que dan lugar a pensar que esa dinámica se puede acelerar en el corto plazo. Sin vacunas, la recuperación que se observa en los últimos meses podría pincharse, lo cual sería temible para la Argentina.
Argentina, a diferencia de otros países -como los europeos, Estados Unidos o incluso Uruguay, que el año pasado surfeó bien la primera ola de la pandemia-, no tiene espacio para volver a cerrar actividades.
No tiene margen fiscal. Y, se sabe, una emisión monetaria excesiva desembocaría en tensiones cambiarias, tal como sucedió el año pasado. El Gobierno, tras estabilizar el mercado tras el cimbronazo de octubre, no quiere pasar por ninguna zozobra durante el año electoral.
Guzmán está convencido de que, sin una disparada de la pandemia a puntos incontrolables, la economía tiene margen para recuperar buena parte de la caída del año pasado. Lo dijo frente a los inversores y analistas de Wall Street que visitó hace algunas semanas. Allí dijo que un 7% de expansión está prácticamente asegurado. Pero se trata de un cálculo conservador. El ministro cree que ese número puede superar el 8%.
¿La gente sentirá la recuperación en el bolsillo? En su equipo dicen que el crecimiento se dará con potencia. Pero admiten que, a diferencia de las salidas de otras crisis, esta vez no habrá que esperar que el motor sea el consumo.
"Habrá un resurgimiento importante de la inversión, y también de las exportaciones. El consumo será otra turbina del crecimiento, pero no el motor", grafica un funcionario en diálogo con iProfesional. De todas formas, en el equipo confían en que algunas iniciativas -como la mejora en Ganancias, que va a permitir que más de un millón de personas dejen de tributar ese impuesto- tendrá un impacto inmediato en el consumo.
Guzmán sabe que, a diferencia de otros países, Argentina no tiene espacio para volver a cerrar actividades
Dólares disponibles: cuestión clave
Dólares y Reservas: la cuestión es crucial. ¿No podrán faltar divisas para la recuperación de la actividad económica? La Argentina ya conoce de memoria las consecuencias de la restricción externa. Y la duda está fundada en esa experiencia, y en la realidad de las Reservas: el Banco Central sólo se apodera de una pequeña porción de las divisas que entran por las exportaciones. Por el superávit comercial.
En el Palacio de Hacienda descartan esa chance. Aseguran que en los próximos meses se va a agrandar el superávit comercial y que va a continuar el "trabajo fino" sobre las importaciones. Significa que habilitarán el ingreso de insumos y productos necesarios para abastecer al aparato productivo. "No debería haber problemas", afirman.
La misma tendencia auguran para las reservas del Banco Central. "Este trimestre será muy positivo. Está toda la cosecha de la soja, a muy buenos precios. El escenario luce más auspicioso que el imaginado hace unos meses", realzan desde Economía.
A la directora general del FMI, Guzmán le dijo que las reservas crecerán entre u$s6.000 y u$s7.000 millones a lo largo del año. Esa estimación contempla más de u$s4.000 millones de los DEGs que, eventualmente, el Fondo Monetario repartirá entre los países socios en los próximos meses.
¿Acuerdo con el FMI?
Después del contrapunto entre la posición que Guzmán llevó a Washington en su última gira y la posición de Cristina Kirchner, en el Palacio de Hacienda no quieren aventurar si habrá acuerdo con el Fondo Monetario. Y mucho menos cómo podría ser ese eventual acuerdo.
Eso sí: tienen una respuesta política sobre la negociación. "El gobierno anterior se apuró en cerrar y fue el peor acuerdo de la historia. Estamos negociando un acuerdo cumplible y sostenible, que va a extenderse a otros gobiernos. Avanzamos", dice.
¿En qué se avanzó?, pregunta iProfesional. Responden desde el equipo: "Avanzamos en los consensos de los principios básicos, que son los más difíciles de lograr. Lo más programático. No es casual que el Fondo, tras la visita del ministro, haya aceptado que la inflación en la Argentina es multicausal. Fue una señal muy importante de parte de ellos".
Desde Economía evitan hablar sobre la posibilidad de un acuerdo que exceda los diez años, tal como planteó la vicepresidenta. Sin embargo, dejan trascender que ahí no se descarta un acuerdo "excepcional" que habilite un acuerdo a más de 10 años de plazo.
Guzmán no descarta un acuerdo "excepcional" que habilite un pacto a más de 10 años de plazo
Dinámica de los precios, clave
Junto con la evolución de la pandemia, la dinámica de los precios está al tope del ranking de preocupaciones en el elenco oficial.
Desde Economía prometen una desaceleración a partir de este mes. "Lo peor fue el primer trimestre", aseguran. Aun cuando todavía falta una actualización de las tarifas de los servicios públicos.
Explican, asimismo, que existe una presión muy fuerte en los precios de las materias primas, a nivel internacional, que golpea especialmente en la Argentina, que tiene un proceso inflacionario lanzado, muy distinto al que muestran la gran mayoría de los países.
¿Podrá contener esa dinámica peligrosa? Además de Guzmán, en el tema de los precios de los alimentos trabajan otros dos ministros: Matías Kulfas (Desarrollo Productivo) y Luis Basterra (Agricultura).
Por ahora, los resultados han sido pobres mientras se extreman las tensiones con los empresarios del sector. El año electoral condiciona: mientras los funcionarios buscan parches para la coyuntura, Guzmán asegura que trabaja por dar a la inflación soluciones de fondo. ¿Lo logrará?
Fuente: IP PROFESIONAL