«Un verdadero manicomio a cielo abierto»

UN VERDADERO MANICOMIO A CIELO ABIERTO

Al decir de la Revista de humor Barcelona: “Oposición | Advierten que se está gestando una alternativa de poder conformada por libertarios, macristas, terraplanistas, antivacunas, nazis, cazadores de ovnis, bebedores de cloro e imbéciles espontáneos.”

La movilización orquestada el 17 de Agosto por Juntos por el Cambio (PRO), desde el punto de vista cuantitativo, fue insignificantemente escuálida en todo el país. De la calidad, preferimos ni hablar… Salta a la vista.

Hasta ahora el macrismo, como oposición, no puede articular su propuesta política con los intereses concretas y las necesidades objetivas de su base electoral, entonces se monta sobre algunas debilidades o falencias de nuestro gobierno.

El discurso alrededor de la “corrupción K” ha quedado prácticamente vaciado frente a la fuga descontrolada, el endeudamiento y el desastre económico que dejó Cambiemos. El aparato judicial, que ellos siguen controlando, no ha logrado una sola condena por corrupción para Cristina Kirchner en los últimos 5 años.

Nadie percibe que la República esté en peligro, ya que las instituciones funcionan con relativa “normalidad” y los obstáculos para su correcto desempeño, siempre los pone la oposición, al carecer de propuestas.

Hoy hablan de San Martín y de “la Patria” pero durante su gobierno ningunearon a Don José y jamás mencionaron la palabra Patria. Son patéticos y ridículos, pero hacen todo lo necesario para mantener su núcleo más duro, expresado en el anti peronismo más gorila. Ahora, suman –además- libertarios, anti cuarentenas, terraplanistas, bebedores de cloro, etc.

En términos electorales, solo representan un 20/25%, aunque ese es un porcentaje proporcionalmente alto, que no alcanza a representar objetivamente los intereses de esos sectores sociales, que también resultaron perjudicados por las políticas de Macri. Entonces su representación es más subjetiva que objetiva, por lo que su única opción es azuzar el anti peronismo histórico y el odio visceral contra Cristina Kirchner y su entorno.

Nuestro problema es distinto. El núcleo duro del peronismo también alcanza un 30% histórico, que es incondicional y su representación es absolutamente objetiva. Es decir, los intereses de esos sectores sociales representados se corresponden con las políticas aplicadas por el peronismo.

Queda en disputa aproximadamente un 20/25% restante, que ha venido fluctuando o se acomoda a lo largo de los años y que responde a fenómenos muy particulares o coyunturales, tanto objetivos como subjetivos.

En momentos de resistencia activa o de ofensiva popular se convierten, en su mayoría, en aliados del peronismo (propia supervivencia del sector), llegando a totalizar porcentajes electorales que superan el 54% como mínimo.

Los porcentajes de electores que nos falta computar, o no votan o se vuelcan, en medio de la polarización, para el otro lado…

Después del desastre que dejó el Macrismo en todo el país, sobreviene una pandemia que debilita el sistema productivo, al reducir la movilidad de la población, afectando gravemente la economía.

Mientras una inmensa mayoría se sigue empobreciendo, hay pequeños sectores que ven aumentar ostensiblemente su riqueza.

El gobierno inyecta en la economía sumas fabulosas para sostener a los sectores más humildes y desamparados, pero este dinero no reactiva la economía real, ya que es rápidamente aspirado por los grandes ganadores del modelo macrista y por el modelo no distributivo, que hoy te impone la pandemia.

Básicamente, hablamos de quienes detentan los servicios de telecomunicaciones (telefonía, internet, etc), los servicios públicos (agua, gas, electricidad, etc.), los grandes supermercados, los bancos, las empresas agroexportadoras, etc.

Para poder sostener un proyecto nacional y popular medianamente exitoso en el tiempo, se necesita tomar medidas audaces y originales, que den sustento a las políticas distributivas y de protección social que también alcancen a los sectores medios. No alcanza solamente con la emisión de moneda, el IFE y el apoyo para pagar un porcentaje de los salarios de las empresas.

Como mínimo, urge imponer el impuesto a la riqueza mientras dure la crisis, pero también hay que recuperar el manejo de los servicios públicos (baja de tarifas) y regular adecuadamente los servicios de telefonía e internet, rompiendo los monopolios instalados, incorporando pymes y cooperativas.

También debemos reconvertir el Banco Central hasta que sea Soberano, que sirva para ordenar y disciplinar al sistema bancario, convirtiendo los bancos en herramientas financieras al servicio del Pueblo y no de la especulación. Esto implica –además- el manejo de las exportaciones y el control de todos los puertos privados.

Finalmente la imposición de la Renta Básica Universal y Ecológica para todos los argentinos, marcará un piso a partir del que cada familia podrá satisfacer sus necesidades de base y empezar a crecer.

Lo más grave es que se están cometiendo los mismos errores que se cometieron durante los 12 años de los gobiernos kirchneristas, en los cuales se depositó toda la presión fiscal sobre los sectores medios (impuesto a las ganancias, retenciones a gastos de turismo, restricciones cambiarias, etc.), que generaron un profundo malestar.

No solo nos referimos a pequeños comerciantes, profesionales independientes, sino también a los trabajadores mejor remunerados como es el caso de metalúrgicos, camioneros, etc. lo que terminó jugándonos en contra.

Como contrapartida no se presionó suficientemente a los sectores más reconcentrados de la economía, quienes pudieron aumentar desproporcionadamente sus ganancias, fugarlas a paraísos fiscales y apoyar libremente el modelo que venía a proponer Mauricio Macri en 2015.

Hoy –además- se castiga a los jubilados, pese a todas las políticas que se introducen para paliar la pérdida de capacidad adquisitiva del periodo anterior.

Esta tendencia hay que revertirla urgentemente, antes de las elecciones de medio tiempo, que serán el próximo año, ya que, de lo contrario, los resultados pueden ser francamente desastrosos.

Nosotros, como peronistas, impulsamos claramente que la hegemonía del proyecto Nacional y Popular, la debe tener la clase trabajadora, pero tenemos que asumir que importantes sectores de la clase media son aliados que hay que cuidar, porque los dueños del poder económico saben muy bien cómo explotar su descontento y su histórica frustración.

El día que se entienda con claridad este concepto, tendremos asegurado nuestro futuro como Nación.

Para lo cual, seguimos insistiendo en un programa de mínima que contemple:

- Que la crisis la paguen los más ricos. Impuesto a la riqueza ya.
- Recuperación de todos los servicios públicos, en manos privadas.
- Regulación por parte del Estado de los servicios de Comunicaciones.
- Nacionalización de la Banca y el Comercio Exterior, construyendo un Banco Central Soberano.
- Reforma agraria progresiva y recuperación de la soberanía alimentaria.
- Distribución equitativa de la Renta Nacional.
- Manejo soberano de todos los recursos naturales, con agregado de valor en las exportaciones.
- Seguro Nacional de Salud, gratuito y universal, que alcance a Todos.
- Renta Básica Universal Ecológica para cada argentino, desde su nacimiento.
- Reforma completa del sistema judicial, buscando equidad y justicia, para que no se criminalice la pobreza.
- Investigación a los responsables de haber endeudado al país, Juicio y castigo a quienes destruyeron la Nación.
- Desmonopolización de los medios de comunicación. Ley de Medios.
- Desarrollo pleno de las economías regionales e integración nacional para un único proyecto productivo.
- Recuperación de nuestra soberanía impulsando la denuncia de los “acuerdos” con Gran Bretaña respecto de nuestras Islas Malvinas.

Tierra del Fuego; 19 de Agosto de 2020.-

 

Fuente: La Nestor Kirchner Tierra del Fuego. @LaNestorKirchnerTDF