Delitos económicos: ¿Por qué algunas personas cometen fraudes?
31.05.2019
No es que el fraude sea una actividad delictiva actual, pero si se ha intensificado en el último tiempo, sobre todo el interior de las empresas a través de lo que conocemos como delitos económicos. Estos delitos se llevan adelante mediante diferentes métodos, lo que pone a las empresas en alerta para lograr eliminarlos de una vez y para siempre.
Cifras increíbles
Los delitos económicos dentro de las empresas es un problema cada vez más recurrente. Un estudio realizado durante el año 2018, determinó que el 54% de las empresas españolas recibieron un intento de fraude durante ese año. Además, el mismo estudio reveló que el 50% de estos fraudes fueron cometidos por los mismos empleados, determinando que el problema es más importante de lo que parece a simple vista. Sin dudas son cifras realmente alarmantes, las cuales ponen a las empresas en marcha para la implementación de sistemas de seguridad y de tecnologías más avanzadas y eficientes.
El triángulo del fraude
Para explicar el por qué de los comportamientos fraudulentos de los mismos empleados, es necesario recurrir a la teoría del “Triángulo del Fraude”, desarrollada por el prestigioso criminólogo norteamericano Donald Cressey. En su teoría, Cressey afirma que hay tres factores claves para entender por qué las personas cometen este tipo de delitos. El primer vértice del triángulo tiene que ver con la necesidad. En el caso específico del empleado de una empresa, el mismo puede llegar a tener algún incentivo o necesidad económica urgente, para la cual no ve otra alternativa más que la de cometer el robo. El segundo vértice del triángulo es el de la oportunidad. En este caso particular, un empleado puede tener la suficiente confianza de sus empleadores como para acceder a algunas operaciones que le permitan quedarse con lo que no es suyo. Se trata de un escenario propicio que le permite realizar el fraude sin ningún tipo de obstáculo.
El tercer factor del triángulo del fraude
El tercer factor que influye en la efectivización del delito merece un apartado aparte, ya que es el más importante y sorprendente. En cuanto una persona presenta la necesidad y ve la oportunidad para cometer el delito económico suele pensarse que la misma tiene total conciencia de lo que está por realizar. Pero varios estudios han demostrado que esto no sucede. Lo cierto es que la persona que comete fraude se piensa a sí misma como totalmente honesta y normal, e incluso encuentra diferentes justificativos para explicar que tiene algún derecho sobre lo que hace. Incluso los expertos afirman que en general, se trata de personas que nunca han cometido delitos anteriormente, y muchas veces consideran que la empresa a la que defraudan tienen deudas con ellos. Explicaciones referidas en cuanto a necesidades y urgencias económicas, o a que sus salarios no representan el valor de su trabajo, suelen ser algunos de los justificativos más comunes que utilizan para desligarse de la responsabilidad de sus actos fraudulentos.