Duro documento y repudio de Agrupaciones Peronista de TDF a la desmalvinizacion llevada por Cambiemos en su política exterior
03.04.2018
Con un repudió a las actitudes que intentan desmalvinizar, como las asumidas por el Gobierno Nacional que denotan ineludiblemente un alineamiento para favorecer la iniciativa británica en el Atlántico Sur. Agrupaciones Peronistas llamaron a recordar que este un camino ya fue recorrido durante los años 90.
Denuncian que el “acuerdo” Foradori-Duncan, facilita la explotación de los recursos naturales de nuestra provincia en el archipiélago y en el mar circundante sin obtener absolutamente nada a cambio”.
CAMBIAMOS: Soberanía y recursos naturales por NADA.
Este 2 de Abril se honra y se recuerda la memoria de los caídos en la heroica gesta de Malvinas, lo que reafirma que se trata de una causa justa. Es el reclamo argentino por una parte de su territorio ocupado ilegalmente por una potencia colonialista. La lucha por nuestra soberanía en Malvinas es parte de la lucha contra el colonialismo, que es un crimen imprescriptible, de lesa humanidad.
Intentar aislar, escindir o separar, la Guerra de Malvinas de lo que fue la impronta de la dictadura, del autodenominado Proceso de Reorganización Nacional, es de una perversa intencionalidad política o, en el mejor de los casos, la necesidad de ser funcional a la hipótesis militar, por la cual las Fuerzas Armadas actuaron en defensa de la soberanía.
El aislamiento político y el masivo repudio popular, llevó a los Comandantes en Jefe a pergeñar una “aventura bélica” en Malvinas, con el objeto de perpetuarse en el poder, que para el conjunto de los argentinos tenía una significación especial, vinculada profundamente a nuestras reivindicaciones históricas de soberanía en el archipiélago.
El genocidio iniciado por los militares y sus cómplices civiles con el golpe de Estado del 24 de marzo de 1976, continuó de algún modo en Malvinas. La misma crueldad, la misma incompetencia, el mismo desprecio por la vida ajena, la misma cobardía y los mismos objetivos políticos.
Como en toda guerra que es conducida por los intereses oligárquicos, subordinados al imperialismo, se mandó al frente de combate a conscriptos -casi adolescentes que en su inmensa mayoría- hijos de trabajadores, gente humilde, casi sin instrucción en las artes de la guerra.
En Malvinas, los cuadros militares cometieron aberraciones progresivamente denunciadas por quienes las sufrieron en carne propia: tortura física y psicológica; traición. Con alguna que otra excepción, sólo la valentía y capacidad técnica de los pilotos de la Fuerza Aérea, quedan fuera de estas calificaciones. Digna de destacar es la participación de un número importante de civiles que se sumaron voluntariamente al conflicto, como marinos mercantes y pilotos civiles, entre muchos otros.
Al finalizar los combates, las autoridades y el grueso de la sociedad, se comportaron como si los conscriptos fuesen los únicos responsables de la derrota. Hubo un acuerdo tácito para olvidar la guerra, esconder a los que regresaban y borrar de las mentes lo vivido. La desmalvinización fue la torpe reacción ante la deshonrosa rendición militar.
La causa Malvinas e Islas del Atlántico Sur es una causa anti-imperialista y anti-colonialista. No se puede apoyar la causa Malvinas, y defender gobiernos oligárquicos que aplican la doctrina económica neoliberal. Es una contradicción insalvable.
Las organizaciones libres del pueblo nos debemos a la tarea de malvinización en este último sentido: comunicar a todas las mujeres y hombres de la Patria que la principal batalla contra el imperialismo británico es la batalla económica, la batalla por la justicia social, con desarrollo industrial y tecnológico nacional, y que estas metas nunca serán alcanzadas si se nos imponen dogmas económicos eurocéntricos diseñados para poner de rodillas las capacidades argentinas, condenándonos a la dependencia y al infradesarrollo.
Malvinas constituye la base extranjera más grande de América Latina. Una vez más, como lo hacemos y lo haremos siempre, vamos a seguir reclamando el diálogo contra la militarización del Atlántico Sur.
El Lunes 26 de Marzo pasado, familiares de soldados viajaron a las islas con el objeto de concretar un reclamo iniciado por los Combatientes en 2011, que el Estado Nacional tomó en 2012, elevándolo ante la Cruz Roja Internacional, para permitir cerrar una primera etapa de un reclamo, que no solo es lo de soldados y familiares, sino de todo una Nación.
Se trata de devolver la identidad a 90 de los 121 héroes que, por más de 3 décadas y media, permanecieron como NN, y por ende un triunfo de quienes tienen como máximo objetivo defender la soberanía de Malvinas, pero con Memoria, Verdad y Justicia.
Pese a este avance, no podemos perder de vista que aún nos queda pendiente llegar hasta el final, para recuperar la identidad de los otros 31 combatientes y avanzar con la causa por los estaqueamientos, vejaciones, torturas y simulacros de fusilamientos perpetrados por los cobardes oficiales y suboficiales argentinos durante el conflicto armado, que los soldados combatientes llevaron ante los tribunales en 2007 y que la Justicia Federal congeló por más de 10 año.
Queda pendiente mantener las denuncias contra los crímenes de guerra cometidos por el ejército inglés, desestimadas durante la larga noche del gobierno menemista -admitida por los propios oficiales británicos en al menos cinco libros- y queda pendiente el cobarde ataque -fuera del área de exclusión- al crucero ARA General Belgrano, calificado por expertos mundiales, también como crimen de guerra.
Ahora se suma, como clara extensión del conflicto, saber realmente qué pasó con el Submarino ARA San Juan. Saber en qué condiciones materiales y de seguridad navegaba, cuál era el itinerario, cual era exactamente su misión, que órdenes cumplían y sobre todo recuperar la tripulación, esté donde esté, desaparecida por una causa aún desconocida, pero que tiene como único y máximo responsable al gobierno oligárquico y neoliberal de Mauricio Macri Blanco Villegas.
Repudiamos las actitudes que intentan desmalvinizar, como las asumidas por el Gobierno Nacional que denotan ineludiblemente un alineamiento para favorecer la iniciativa británica en el Atlántico Sur.
Se trata de un camino ya recorrido durante los años 90, que facilitó el enclave neo-colonial-militar instalado y desarrollar cierto potencial de auto sustentabilidad, basado en la explotación de los recursos naturales, especialmente en los ictícolas.
El inconstitucional “acuerdo” Foradori-Duncan, facilita la explotación de los recursos naturales de nuestra provincia en el archipiélago y en el mar circundante, liberando las operaciones aéreas que facilitan la logística británica y desmantelando las medidas legales, jurídicas y administrativas que fue tomando Argentina, para proteger los recursos naturales de las islas y el atlántico sur, sin obtener absolutamente nada a cambio.
Estas políticas de entrega de soberanía y de nuestros propios recursos naturales ha sido sutilmente acompañada por el cómplice silencio del gobierno de Bertone y de la Legislatura en su conjunto, quienes se posicionan en los márgenes de cumplimiento de la Ley Gaucho Rivero, fomentando y estimulando la operación de buques de bandera del Reino Unido o con la probable instalación de una base militar en la Isla de los Estados o en algún otro territorio de nuestra provincia. Su inacción molesta y nos muestra a qué tipo de políticas suscribe este gobierno.
Sin duda priman los intereses mezquinos de un grupo de empresarios sin escrúpulos que se benefician con la desmalvinización, a los que poco y nada les interesa nuestro futuro.
Bajo el régimen neoliberal, neocolonial, impuesto por la alianza UCR-PRO desde Diciembre de 2015, Malvinas nos queda cada día más lejos, estando tan cerca.
Malvinizar nuestra historia, es el verdadero sentido de este recordatorio, cuyo significado es una nación con conciencia antimperialista, una nacionalidad que busca en el diálogo y no en la militarización, el camino del reencuentro y el camino de la soberanía Latinoamericana.
Reafirmamos asimismo la política implementada por Néstor y Cristina que reconocieron los derechos de los combatientes y que volvieron a instalar “Malvinas” no solamente como una cuestión nacional, sino como una cuestión internacional de lucha contra el colonialismo.
Celebramos el logro de nuestro anterior gobierno de haber conseguido el reconocimiento de Naciones Unidas de más de un millón setecientos mil kilómetros cuadrados de territorio, que incluyen Malvinas, las Islas Georgias y la Antártida.
AGRUPACIÓN PERONISTA JOHN WILLIAM COOKE
AGRUPACIÓN PERONISTA NÉSTOR CARLOS KIRCHNER
Fuente: CONSENSO PATAGONICO