MUNDO

Si hay un país que tiene cuadros preparados para la continuidad histórica es Cuba

28.11.2016

La periodista y escritora Stella Calloni, quien conoció en persona a Fidel Castro, conversó con ámbito.com sobre su figura, la realidad cubana y las perspectivas de continuidad del proceso revolucionario de la isla, tras el deceso de su líder."Él siempre decía 'se creen que yo me muero y se acaba la revolución, pero hay gente que quiere ir mucho más lejos y profundo que yo", sostuvo Calloni y pronosticó habrá que "esperar" para saber cómo serán las relaciones entre Cuba y EEUU a partir de la asunción del republicano Donald Trump como presidente estadounidense.

 

Periodista: Usted conoció a Fidel Castro personalmente, ¿qué le produjo la noticia de su muerte?  

Stella Calloni: Su muerte es una gran pérdida. Siento que se fue un gran estadista. Fidel Castro será de esas personas a las que se les tiene que tener más miedo muertas que en vida. Era un hombre muy inteligente, que podía hablar de todo. Será de esas grandes figuras irremplazables, que surgen escasamente en la historia y se convierten en líderes de los pueblos. Fidel fue una figura muy clave en América latina y en el mundo, tan importante que incluso sus enemigos políticos e ideológicos serios lo respetaron, a pesar de estar en otra posición. 

P: ¿Qué significó Fidel castro para la historia de Cuba y del mundo? 

S.C.: La historia de Cuba y su lucha revolucionaria por la independencia fueron admirables. Yo quisiera que haya una gran seriedad en reconocer lo que logró esta pequeña isla, ubicada a 90 millas (144,8 km) de la gran potencia (Estados Unidos) que encima trabajó todo el tiempo para destruir un proceso revolucionario tan auténtico como fue el cubano. Hay que entender a Cuba en su contexto, en el momento de la Revolución cubana, esa isla estaba rodeada de dictaduras y fue una lucha de liberación justa. Los pueblos tienen derecho a liberarse cuando están en situaciones semejantes. Es muy difícil sobrevivir como sobrevivió esa isla al bloqueo de más de medio siglo al que fue sometida por EEUU. Hoy es un país reconocido por su educación, por los avances en salud, que se han dado a partir de un esfuerzo propio de creatividad increíble. El bloqueo fue un acto de guerra.  

P: ¿Cree que tras su muerte, Cuba podrá darle continuidad a la revolución? 

S.C.: Fidel era un hombre extremadamente inteligente, que sabía que en un momento dado su vida iba a terminar, de manera que al él le preocupaba que continuara todo lo mejor del sistema socialista. Si hay un país que tiene cuadros preparados para la continuidad histórica es Cuba. Ellos le dieron mucha importancia a la educación y a la preparación académica de sus funcionarios y diplomáticos. La revolución formó a mucha gente. No se inventan políticos, los que se preparan para política exterior se preparan toda la vida para ejercer ese cargo y así con cada una de sus profesiones, como la medicina con la cual también son célebres. Él siempre decía 'se creen que yo me muero y se acaba la revolución, pero hay gente que quiere ir mucho más lejos y profundo que yo'. Él se reía cuando los otros lo amenazaban con que se iba a morir, él estaba totalmente preparado para su muerte. Pero lo que es incierto es el destino del mundo, estamos viviendo una era muy grave. En medio de este mundo incierto, Cuba ha decidido seguir su camino, realizando los cambios necesarios pero sin perder su matriz de igualdad y sus principios socialistas. 

P: ¿Cómo vio en los últimos tiempos de la era Obama, los comienzos del deshielo de las relaciones diplomáticas entre EEUU y Cuba? 

S.C.: El propio Barack Obama dijo cuando anunció la reanudación de las relaciones diplomáticas que se habían gastado millones de dólares con el objetivo de terminar con la revolución en Cuba, pero que habían fracasado. Obama pensó en establecer otro tipo de relaciones, pero lamentablemente no pudo lograr que el bloqueo se terminara por la oposición de los sectores ultraderechistas de EEUU. Además, de la injusticia que significa mantener Guantánamo dentro de su territorio que se parece bastante al caso nuestro con las islas Malvinas. Ese deshielo que se había planteado con Obama tenía muchos problemas pero por lo menos permitía un cambio hacia el futuro. Cambio que también necesita hacer EEUU hacia dentro de su país, porque estaría bueno que dejara de manejarse como un imperio irracional totalmente. 

P: ¿Cómo piensa que cambiarán las relaciones con la asunción de Donald Trump? 

S.C.: Trump es un personaje muy contradictorio, lo cierto es que en el propio partido republicano ha tenido mucha resistencia. Qué va a hacer este hombre no lo sabemos. Es muy impredecible incluso para los propios estadounidenses. No se tiene ni una idea porque siquiera gobernó ni un municipio, ni ha estado en el Congreso. Viene de otro mundo. Están todos en un estado de alerta.

Lo cierto es que también hay un sector republicano que estaba tratando de reabrir las relaciones con Cuba para restablecer el comercio. Hay que observar con mucho detenimiento lo que vaya a pasar. Hay que ver en los hechos qué es lo que va a poder hacer y cuál es la política que él realmente quiere llevar adelante hacia Cuba porque tampoco lo sabemos mucho.

También hay que entender que el mundo ha cambiado mucho, más ahora que EEUU no está solo y ha vuelto un determinado equilibrio con la presencia de Rusia y la poderosa China. Este nuevo mundo tampoco es el que tuvo Obama en los principios de su presidencia. 

P: ¿Cómo ve al pueblo cubano ante este nuevo escenario y puntualmente a la oposición? 

S.C.: Los cambios que ha habido en Cuba en los últimos tiempos se deben a que se ha podido bajar la tensión donde había ataques permanentes. Cuando vos tenés que vivir defendiéndote todos los días de tu vida, es muy difícil. Esa situación se alivianó. Raúl (Castro) si bien es muy distinto a Fidel, tiene una relación muy directa con su pueblo. No me imagino al pueblo cubano desconcertado y con miedo, sólo podría estar temblando de miedo ante una posible invasión. Al contrario, hay un proceso distinto, con otras formas de comercio interno. Ha habido cambios muy necesarios. Ellos están muy orgullosos de su salud y de su educación. Es un pueblo muy rebelde y muy crítico. Ellos saben lo que no les gusta, pero defienden a muerte lo fundamental de los avances de la revolución. Hubo cambios muy importantes y una adaptación, pero se pactó que no se querían perder los símbolos más importantes como la educación para todos, como la salud, no querían perder los mejores logros de la revolución.

Fuente: Ambito Financiero

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