Centrales sindicales en alerta frente al avance de las negociaciones entre el Mercosur y la Unión Europea

Buenos Aires fue epicentro de las negociaciones de un acuerdo comercial entre el Mercosur y la Unión Europea. Entre los días 20 y 24 de marzo se desarrolló en el Palacio San Martín la Reunión del Comité de Negociaciones Birregionales MERCOSUR-Unión Europea. Las negociaciones han cobrado intensidad ante la presión que Macri y Temer están incrementando para que durante este año se alcance el acuerdo. Mientras tanto crecen las resistencias, tanto entre los trabajadores como entre sectores de la producción que cuestionan el carácter secreto de las negociaciones y advierten sobre los peligros que un acuerdo de libre comercio implica para los trabajadores y las pequeñas y medianas empresas en ambas regiones. Por ese motivo representantes sindicales también decidieron congregarse en Buenos Aires para cuestionar las negociaciones.

En ese contexto, las comisiones de Economía e Industria de la Cámara de Diputados recibieron a representantes de los trabajadores del Mercosur y de la Unión Europea preocupados por el avance de las negociaciones. El encuentro, convocado por Axel Kicillof y José De Mendiguren en el carácter de presidentes de esas comisiones, contó con la presencia de dirigentes de la Coordinadora de Centrales Sindicales del Cono Sur y dirigentes gremiales europeos.

El dirigente metalúrgico Antonio Jara, secretario general de la Coordinadora de Centrales Sindicales del Cono Sur, cuestionó duramente ante los diputados el "secretismo de las negociaciones, característico de todas las etapas de las negociaciones abiertas en 1999 entre ambas regiones", aunque aclaró que el secretismo es selectivo ya que rige para los pueblos de los países involucrados en general y los trabajadores en particular pero no se aplica a algunas grandes empresas que tienen acceso a los términos de las discusiones e incluso influencia en lo que se está definiendo.

Jara contó que solicitaron una reunión con los negociadores reunidos en la Cancillería a la que concurrieron representantes sindicales europeos y suramericanos. Los propios sindicalistas expresaron con claridad que las dudas no se han despejado tras esa reunión y que perdura la preocupación por el avance de las negociaciones.

El italiano Luca Vicentini sintetizó las expectativas y condiciones que exigen los trabajadores de ambos continentes para las negociaciones que están en marcha: que se tengan en cuenta las asimetrías entre las partes en la búsqueda de equilibrios, que se eviten condiciones que puedan producir la destrucción de puestos de trabajo, que se contemple un sistema de protección social en materia de salud, educación, propiedad intelectual -entre otros campos-, que exista un capítulo social y laboral que establezca sanciones frente a situaciones de ataque a los derechos de los trabajadores, y que se involucre en las negociaciones a los trabajadores garantizándose transparencia.

Vicentini advirtió que los trabajadores europeos han resistido el secretismo y las cláusulas en favor de las multinacionales en los acuerdos que la Unión Europea impulsa con Canadá y Estados Unidos. Sintetizó las aspiraciones de los trabajadores afirmando que un acuerdo birregional no puede limitarse a las relaciones comerciales sino que debe implicar un acuerdo económico y social que contemple los derechos de los trabajadores.

Pablo Michelli, líder de la CTA Autónoma de la Argentina, comparó la actual negociación con la Unión Europea con la que impulsaba Estados Unidos con el ALCA y preanunció una fuerte resistencia a un eventual acuerdo, no sólo de parte de los trabajadores sino también de sectores del empresariado que ven con preocupación las condiciones de libre comercio que se pretenden imponer y que ponen en riesgo la producción de pequeñas y medianas empresas.

Los diputados presentes en la reunión destacaron que el secretismo de los negociadores también lo padecen los legisladores: Axel Kicillof destacó la negativa de la canciller Susana Malcorra de poner a disposición de los diputados información sobre el intercambio de ofertas entre ambas regiones.
Por su parte, Liliana Mazure, presidenta de la Comisión de Comercio, cuestionó la inclusión de decisiones que modifican los criterios relativos a los derechos de autor y derechos de propiedad intelectual en el sector audiovisual.

El vicepresidente de la Comisión de Relaciones Exteriores Guillermo Carmona señaló que Mercosur lleva adelante estas negociaciones en una situación de grave crisis regional y denunció que la exclusión de Venezuela del bloque fue impulsada por los presidentes Macri y Temer para eliminar el obstáculo que representaba ese país para un acuerdo de libre comercio con los europeos; y el vicepresidente de la Comisión de Industria Luis Bardeggia expresó el compromiso de los legisladores presentes en la defensa de los derechos de los trabajadores y de la producción nacional.

Un aspecto destacado por varios de los expositores fue que el acuerdo que se estaría negociando no es un simple tratado comercial ni un acuerdo de libre comercio. Se trataría de lo que Chomsky define como "acuerdos de protección de derechos de los inversores", sellados con el objetivo de garantizar a las grandes multinacionales condiciones de excepcionalidad para sus actividades económicas y especulativas. Se trata de los acuerdos de última generación al estilo del acuerdo del Transpacífico. Por eso, los sectores que desde ambos lados del Atlántico alertan sobre las nefastas consecuencias de un acuerdo entre Mercosur y la Unión Europea señalan que los capítulos sobre patentes y derechos de propiedad intelectual, obras públicas, servicios de salud y protección de inversiones, entre otros, esconden los verdaderos intereses tras las negociaciones: los de las transnacionales.

La discusión abierta con la presencia de los representantes sindicales en su paso por el Congreso argentino preanuncia la batalla legislativa que se desatará si se sella el acuerdo. Sin ratificación de los parlamentos nacionales de los países del Mercosur no habrá acuerdo vinculante para los Estados. Las alertas sobre las consecuencias para el trabajo y la producción nacional ya se están manifestando y las resistencias a un acuerdo de libre comercio empiezan a articularse. Sin lugar a dudas, esta temática seguirá presente en la agenda legislativa.

Fuente: CONSENSO PATAGONICO