«Llorar desconsoladamente»: se fue de La Voz Argentina y ahora rompió el silencio
03.09.2021
Sin lugar a dudas, se trata del programa más exitoso de la pantalla chica en la actualidad. La Voz Argentina ha logrado conquistar a los televidentes con un formato que es furor en el mundo entero. Uno de los integrantes más talentosos ha sido Patricio Mai, del equipo de Soledad Pastorutti. Luego de quedar afuera, habló de todos los temas que llamaron la atención del público.
En medio de tanta exposición, decidió romper el silencio luego de que la cantante y actriz Lali Espósito, asegurara que siempre soñó con tener un novio con una panadería, el rubro en el que él justamente se desempaña. En diálogo con La Once Diez / Radio de la Ciudad, no se guardó nada. “Lali también es otra grosa. Pero me parece que está picoteando por todos lados”, comentó.
Pero esto no fue todo, ya que además, se metió de lleno en el reality para hablar de los favoritos para quedarse con el certamen y acerca de Soledad, su coach. “Más allá de cantar bien que a esta altura lo hacen todos increíble, ya deja de ser una cuestión vocal, pasa un poco por carisma y la empatía que puedas generar con la gente, Fran tiene una luz interior que es única”, sostuvo.
“Él tiene una personalidad muy querible, es abrazable. En cuartos bajé y me lo quedé escuchando y me pasó que lo tenía a cinco metros y empecé a llorar desconsoladamente cuando la escuché, y no sé si era por la canción en sí. Moviliza la historia, su historia de superación y cómo el sorteó todo para estar ahí”, manifestó Patricio Mai en relación a Francisco Benítez, uno de los grandes favoritos.
“La Sole es una genia y atrás de cámara también, y sobre todo en las últimas etapas. A partir del play- off la empezamos a ver mucho más cercana, vimos su humildad, su corazón, nos dijo que nos iba a dar una mano enorme. Uno a veces tiene a los famosos como intocables, como que están en una nube y la verdad que nada que ver, una grosa. Nos dijo que nos iba a invitar a tocar con ella y sus músicos”, concluyó.
Fuente: EL INTRANSIGENTE